La Policía busca a la madre, que también dejó
solos en casa a sus otros dos hijos, de dieciocho meses y de 3 años,
desnutridos y deshidratados.
Los agentes policiales se encontraron
ayer en la calle Benjamín Ortiz del barrio de Pumarín con un escena muy
cruel. Tres hermanos de muy corta edad, la más pequeña de sólo veinte
días, se encontraban solos y en pésimas condiciones en la vivienda. La
recién nacida permanecía desnuda sobre una cama tiritando y al borde de
la muerte. Uno de sus hermanos, de año y medio aproximadamente, estaba
en el salón de la vivienda dándose cabezazos contra la pared. En el sofá
se encontraba sentada la hermana mayor, de casi tres años, callada, con
la mirada perdida.
Los vecinos habían llamado a la Policía
Local a las nueve de la noche del jueves porque llevaban tiempo
escuchando el llanto incesante de un bebé. Nadie abría la puerta y los
policías (esta vez del Cuerpo Nacional) decidieron acceder a través de
una terraza. "¡Pero si aquí hay tres niños!", exclamó asustado uno de
los agentes que participó en el rescate. Se sabe que los pequeños vivían
en el piso con su madre, M. J. F. G., española de unos 42 años, y en
paradero desconocido al cierre de esta edición.
La última vez
que los vecinos vieron a la madre de los pequeños en el edificio fue el
mismo jueves, por la mañana. La describen como una mujer "discreta",
hasta el punto que los vecinos no tenían conocimiento de que en el piso
viviesen tres chiquillos. Sí sabían que tiene un hijo más mayor, de unos
siete años, que reside en La Corredoria con su abuela, "de toda la
vida" del barrio.
Los funcionarios policiales lograron entrar en
el piso para rescatar a los pequeños alrededor de las dos de la
madrugada, a través de la terraza de uno de los vecinos de la mujer
desaparecida. Los propietarios de la vivienda no daban crédito cuando
vieron desfilar por su cocina a los agentes de la Policía Nacional con
los tres chiquillos. "Los dos pequeñitos los llevaban en cuello, el
mayor iba caminando", relatan los residentes.
Los agentes
apreciaron que la casa estaba terriblemente desordenada y sucia. Una
dejadez que ya se intuye al observar la terraza. "Ahí se puede comer
comparado con lo que hay dentro", llegó a comentar uno de los agentes
que accedió a la vivienda. Los vecinos no creen que la madre tuviese
síndrome de Diógenes, sino que sostienen que la mujer estaba muy ocupada
"en sus asuntos". En el inmueble aseguran que M. J. F. G. utilizaba el
piso como casa de citas y que era frecuente que llamasen a su puerta
supuestos clientes a altas horas de la madrugada. También afirman que
"debía tener negocios similares fuera" y que en estas últimas semanas no
era la primera vez que escuchaban el llanto de un bebé. Los vecinos
también relatan que en el piso no había calefacción y que la puerta de
la terraza estaba abierta.
Tras el rescate, los pequeños fueron
atendidos por los efectivos sanitarios desplazados al lugar y
trasladados en ambulancia al Hospital Universitario Central de Asturias
(HUCA). Los dos mayores presentaban síntomas de desnutrición y
deshidratación. Al tratarse de un asunto con menores, ni el Hospital ni
el Principado, cuyos servicios sociales se han hecho cargo del cuidado
de los niños, ofrecen información sobre su estado.
Fuentes
cercanas a la investigación explicaron que se está
trabajando con dos líneas de investigación. De un lado, los agentes
piensan que quizás la mujer se ausentó para realizar un servicio de
citas, dejando solos a los pequeños en casa. Parece ser, por testimonios
de los vecinos, que no era la primera vez que ocurría algo así. Los
investigadores barajan como hipótesis que quizás la madre en algún
momento trató de regresar al domicilio y al percatarse de que había
revuelo de policías y ambulancias decidió ocultarse. La otra línea de
investigación en la que trabajan los agentes es la posibilidad de que a
la mujer le haya sucedido algo. Se está investigando el entorno de la
desaparecida: familiares, amigos y también su expareja, que podría ser
el padre de alguno de los niños hallados en el piso.
Además, las
mismas fuentes consultadas han indicado que se ha facilitado a las
patrullas de la Policía Nacional y de la Policía Local una descripción
de la mujer para facilitar su localización en las calles de la ciudad.