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jueves, 18 de diciembre de 2014

AMPLIAN ZONA DE BUSQUEDA DE LOS TRIPULANTES DEL PAQUITO II

Esta mañana sigue la búsqueda de los dos marineros del «Paquito Nº Dos» que aún sigue desaparecidos. La zona de búsqueda se ha ampliado y abarca desde Porto do Son hasta el sur de la costa de Ribeira.
El cadáver del patrón del barco, Germán Fernández, apareció ayer a 13,5 kilómetros del pecio. El cuerpo estaba flotando, por lo que se cree que no murió ahogado, ya que entonces su cuerpo se habría ido directamente al fondo. Permanecía en una zona próxima a la isla de Sálvora, a 13,5 kilómetros, de distancia hacia el sur del lugar donde solo media hora antes se había localizado el pecio del buque siniestrado.
Esta mañana el funeral está formado por un avión, tres helicópteros, cinco embarcaciones y efectivos de Protección Civil por tierra, según informa Salvamento Marítimo. Por mar Por mar participan en las labores de búsqueda el buque Don Inda, de Salvamento, y el Sebastián de Ocampo, de la Xunta, así como la Salvamar de intervención rápida Sargadelos y Régulus y la patrulleras Río Andrax y Tabarca, de la Guardia Civil.
También figuran en el dispositivo desde el aire el avión Sasemar 102 y los helicópteros Helimer 215, de Salvamento, y el Pesca I de la Xunta de Galicia, que ya participaron en los rastreos de ayer, a los que se ha añadido el Cuco. Finalmente, hoy no están previstas inmersiones de los buzos, según informa Efe. También están por la zona lanchas de la cofradía de Cabo de Cruz y nuchos voluntarios haciendo batidas por tierra.
Hallazgo del cadáver del patrón
El hallazgo del cadáver de Germán se produjo ayer por la tarde tras una mañana gélida en Corrubedo, la zona cero de la búsqueda a raíz de los primeros hallazgos de restos del barco solo unas horas después de desaparecer. Nada más romper el día, un amplísimo dispositivo por mar, tierra y aire empezó a peinar todo el entorno. La primera noticia del día tuvo lugar a media mañana. El bateeiro Redemar localizó, en una zona llamada As Teiláns, próxima al faro de Corrubedo, un cabo que podía ser del barco siniestrado. Efectivamente, lo era. Y dio la clave para luego dar con la nave.
La tolva pudo irse por la borda
Desde que apareció esa pista, la atención se centró en la llegada de los buzos de la Guardia Civil y Salvamento, llamados a hacer inmersiones para ver si se encontraba el barco y a sus tripulantes en el interior. La espera se convirtió entonces en desesperación. «Tiñan que baixar xa, vai vir a noite», eran los lamentos que se oían junto al faro de Corrubedo, donde se juntaron tantas personas y coches que hubo que cortar el acceso. En la primera inmersión, los submarinistas dieron con el rizón -el cabo que llegó a la superficie venía de ahí-, la tolva -una máquina grande y típica de los barcos bateeiros, donde se almacena mejillón- y una buena cantidad de bivalvo. Cabe recordar que el barco iba cargado de molusco de las bateas. Tuvieron que bajar otras dos parejas de submarinistas luego y, en la segunda inmersión, sí se localizó ya el pecio, a unos 200 metros de distancia. Estaba adrizado (en su posición natural) y asentado en un fondo arenoso, con las puertas del puente abiertas y sin ningún tripulante dentro. Aunque se trata de hipótesis, al no estar en las rocas ni volcado cobra fuerza el golpe de mar como causa del naufragio. De hecho, puede ser que la tolva se fuese por la borda y dejase tocada la nave, que se hundió.
Pasó poco tiempo entre que se encontró el pecio y saltó otra noticia. Había un cadáver cerca de Sálvora, cosa rara porque la isla está al sur de Corrubedo y las corrientes suelen llevar hacia el norte. Pero, sí, era el de Germán.
La última inmersión concluyó pasadas las 18.00 horas y el resultado fue el peor para las familias de los desaparecidos: no había cuerpos.