En fin de año una ola de frío
y nieve dará un respiro a las pistas de esquí europeas en uno de los
inviernos más cálidos desde que se tienen registros.
Lo que llevamos de mes de diciembre, en general, ha sido bastante pobre en cuanto a nevadas
se refiere en Europa Occidental. A estas alturas del año, sistemas
montañosos y cordilleras tan importantes como los Pirineos o los Alpes
cuentan con muy poca nieve en cotas inferiores a los 2000 metros, lo
cual está provocando que la temporada de esquí también se esté viendo
bastante afectada en cuanto a calidad de nieve y espesores se refiere.
No obstante, gracias a los modernos sistemas de cañones de nieve artificial, la mayoría de estaciones de invierno están pudiendo abrir sus puertas con mayor o menor éxito.
Las causas de esta escasez de nieve se pueden atribuir a dos motivos principalmente. El primero de ellos y el más importante, es la presencia del anticiclón de las Azores en
una latitud algo más elevada de lo habitual para estas fechas. Este
anticiclón denominado de bloqueo, ha estado en una posición
prácticamente estática a lo largo de todo el mes, impidiendo la llegada
de borrascas y frentes a nuestras latitudes y desplazando los sistemas
de bajas presiones a puntos más septentrionales como las Islas
Británicas y los Países Nórdicos.
Las precipitaciones que se recogen en diciembre en Europa
Occidental, principalmente llegan de las borrascas de procedencia
atlántica que este año debido al anticiclón han sido menos cuantiosas de
lo habitual, dando lugar también a unos días de nieve muy inferiores al
promedio. Sin ir más lejos, nos hemos presentado en fechas navideñas
con unos espesores de nieve, que en estaciones de los Alpes como Alpe dŽHuez y a 1860 msnm se sitúan en 15 cm teniéndonos que ir hasta los 3300 msnm, para encontrar un espesor de 80cm.
La nieve es menos abundante aún en Pirineos
y por ejemplo en Grandvallira, los espesores varían entre los 10 cm de
las cotas más bajas y los 60 cm de los puntos más altos. En otros
sistemas montañosos menos importantes como por ejemplo puede ser el
Sistema Central, la nieve se reduce a los picos más altos, siendo
impracticable el esquí y deportes de invierno en general.
Por otro lado, y al igual que en nuestro país, las temperaturas
durante este otoño en Europa Occidental han sido bastante más altas de
lo habitual, siendo este otro de los principales motivos por el cual la
cubierta de nieve es inferior a lo normal. Para entenderlo bien, las
pocas precipitaciones que han caído, lo han hecho a una cota mayor a lo
que corresponde para el mes de diciembre.
Ola de frío siberiano
Sin embargo, la situación que estamos viviendo ni mucho
menos es tan insólita, ya que este anticiclón de bloqueo del que
hablamos anteriormente, suele aparecer cíclicamente en determinados inviernos,
aunque no se puede predecir cuándo, ni tampoco puede establecerse un
margen de tiempo entre sus apariciones. Sin ir más lejos, diciembre de 2013 también trajo unas nevadas menos abundantes de las habituales
en el comienzo de la temporada y si comparamos la cubierta de nieve que
por entonces había en los Alpes con la que teníamos hace unos días, no
vemos diferencias significativas siendo incluso la extensión de nieve
algo inferior el año pasado.
El paso de un frente frío,
barrera toda Europa occidental este sábado, dejando grandes cantidades
de nieve tanto en los Pirineos como en los Alpes a cotas bastante bajas.
Además tras el paso de este frente, llegará a Europa una ola de frío de origen siberiano,
que a buen seguro será noticia y dejará temperaturas cercanas a los
-25ºC en cotas altas de los diferentes sistemas montañosos. A España tan solo afectará de refilón
y aunque no nos tocará de lleno el seco frío siberiano, si dejará un
importantísimo descenso de temperaturas en la mitad este del país, y
unos valores mínimos que de madrugada podrán bajar hasta los -15ºC en
puntos de las provincias de Teruel y Soria debido a las grandes
inversiones térmicas.