El captor, de 49 años de eda,d originario de Irán, tomó este lunes la cafetería, ubicada en el centro financiero de Sídney. Hasta la actuación de la Policía mantuvo cautivos a un número «no superior a 30 rehenes»
en una acción que se ha atribuido a «motivaciones políticas», pero que
se ha evitado calificar de ataque terrorista. Antes de entrar, policías y
miembros de la brigada de desactivación de explosivos rodearon el
establecimiento «Lindt Chocolate Cafe»,
situado en la zona financiera «Martin Place» de la ciudad australiana.
Varias personas, al menos tres hombres y dos mujeres, habían logrado
previamente salir de la cafetería. No está claro si escaparon o si
fueron liberadas por el secuestrador.
El objetivo de las fuerzas de seguridad
australianas era liberar «sin incidentes» a las personas que permanecían
secuestradas. «Nuestro único objetivo esta noche y por el tiempo que
requiera es sacar a esas personas que están atrapadas actualmente en ese
edificio de forma segura. Esa será nuestra prioridad y no cambiará»,
apuntó Andrew Scipione, comisionado de la Policía del estado de Nueva
Gales del Sur.
Un vídeo con sus exigencias
El secuestrador hizo llegar una serie de exigencias
a varios medios de comunicación aunque la Policía pidió que no se
difundiesen públicamente. «Ten News ha recibido un vídeo en el que uno
de los rehenes de la cafetería Lindt transmite las exigencias del hombre
armado. A petición de la Policía no las difundiremos», explicó en la
red social Twitter Hugh Rimington, presentador de la cadena de televisión australiana Ten.
Minutos antes de esta declaración, la cadena de televisión australiana ABC informó de que la Policía había identificado al secuestrador.
«La Policía ha identificado al hombre armado. Es conocido por la
Policía. La Policía de Nueva Gales del Sur ha pedido a ABC que no le
identifique», ha asegurado la cadena de televisión pública australiana.
Finalmente, las fuerzas de seguridad dieron permiso a los medios para
informar del nombre del secuestrador. Se trataría de Sheik Man Haron
Monis, un hombre de 49 años de edad que viviría en el suroeste de
Sídney, pero que es originario de Irán. Manteghi Bourjerdi, su nombre
real, se trasladó a Australia en 1996 y considerado un clérigo musulmán
radical, ha participado en varias protestas en el pasado contra la
presencia de topas australianas en Afganistán y, aunque se ha declarado
un activista pacífico, fue condenado a 300 horas de servicio comunal.
Bandera negra con un texto en árabe
Dos supuestas rehenes, una mujer que trabaja en el local y una clienta, sujetaron contra el cristal de la entrada una bandera negra con un texto en árabe en el que se podía leer «No hay otro Dios que Alá y Mahoma es el mensajero de Dios». La cadena local ABC afirma que no es un emblema del Estado Islámico (EI), sino una shahada o declaración de la fe islámica.
«Fui a entrar en la cafetería, pero
la puerta estaba cerrada. Nunca está cerrada. Me fijé y vi a gente
sentada en el suelo y un hombre con un pañuelo (en la cabeza) y barba
andando entre ellos. Entonces fue cuando llegó la policía y los rehenes
se pusieron con los brazos abiertos contra los cristales», dijo un
testigo al canal ABC
24 horas. Una trabajadora del establecimiento secuestrado, cuyo turno
comenzaba a las 11 de la mañana, aseguró a la radio que el local suele
estar lleno a estas horas. «Es un lugar en el que siempre hay gente. A
muchos los veo todos los días, son como una familia. Es bueno que no
esté allí, dentro con ellos. Pero, por otra parte, me gustaría estar
allí y decirles 'todo va a salir bien'», dijo la trabajadora.
Cerrado el centro y evacuación de los vecinos
La Policía australiana cerró parte del centro de
Sídney y evacuó a los residentes como medida de precaución. Decenas de
policías preparados para intervenir y miembros de la brigada para
desactivación de explosivos rodearon el edificio donde se encuentra la
cafetería a la espera de ordenes o nuevos acontecimientos. Las
autoridades, además, ratrearon a fondo la Casa de la Ópera de Sídney, marcada como objetivo por Al Qaida, en busca de posibles artefactos explosivos.
Motivaciones políticas
El primer ministro de Australia, Tony Abbott, dijo que el secuestrador actúa por «motivaciones políticas».
«Es profundamente estremecedor que gente inocente sea retenida como
rehén por una persona que reivindica motivaciones políticas», dijo
Abbott en una intervención televisada desde un comisaría de policía.
El primer ministro informó de que ha convocado al
Comité de Seguridad Nacional para analizar la situación y elogió la
respuesta profesional de la Policía de Nuevas Gales del Sur ante el
suceso. También dijo que «somos un pueblo libre, abierto y generoso», y
destacó la «tranquilidad» con la que la que ha reaccionado la población.
El mandatario
australiano alabó la «profesionalidad» de la Policía al remarcar que las
fuerzas del estado están «preparadas» para actuar frente a estos casos.
«Es un incidente perturbador Entiendo la preocupación de los
australianos, pero les insto a ejercer la prudencia», sentenció el jefe
del Ejecutivo australiano.
Condena de los líderes de la comunidad islámica
Condena de los líderes de la comunidad islámica
Los líderes de la comunidad islámica de Australia
han condenado de manera pública el incidente, al señalar que el suceso
va contra los preceptos del islam.
Según el experto en seguridad del Instituto tecnológico de Melbourne,
Joe Siracusa, el secuestrador iba a alguna parte en la zona -donde se
encuentra el Barco de la Reserva o el Parlamento de Nueva Gales del
Sur-, le vieron y decidió refugiarse en el café.
«Le ha tocado un mal día y no sabe qué hacer
ahora. Suceda lo que suceda sabe que le han atrapado, así que estará
desesperado», señaló Siracusa a la emisora de radio de ABC.
En septiembre pasado, las autoridades
australianas elevaron la alerta terrorista a lato por la posibilidad de
posibles ataques terroristas a cargo de una sola persona, pequeños
grupos o grandes organizaciones.