Una de las zonas más afectadas es un humedal de importancia internacional.
Todavía no se conocen las causas, aunque algunas de las hipótesis de
los científicos van tomando cuerpo, pero está comprobado que la ría de
Arousa padece contaminación por plomo, arsénico y cobre. Y no
precisamente en pequeñas cantidades. Lo reveló poco antes de finales de
año un equipo formado por miembros de la Universidade de Vigo y el
Instituto de Investigacións Mariñas del CSIC a través de una publicación
en el medio especializado Microchemical Journal, pero es ahora la
Sociedade Galega de Historia Natural quien ha tomado el testigo. El
histórico colectivo de defensa medioambiental ha pedido explicaciones a
la Xunta por las repercusiones que la noticia pueda tener en los
sectores pesquero y marisquero y en los valiosos hábitats naturales de
la desembocadura del Umia y la ría. Pero además envió ayer toda la
información sobre el caso a la Secretaría de la Convención Ramsar, el
organismo que se encarga de velar por los humedales declarados de
importancia internacional.
Porque una de las áreas más afectadas por estas sustancias químicas
coincide con la principal zona de invernada de aves acuáticas de
Galicia, muy importante también en el conjunto de España: el Complexo
Intermareal Umia-Grove-Carreirón. Allí se pueden observar 28 especies de
aves, la mitad de ellas limícolas. Su alimento lo buscan, precisamente,
en el limo que queda al aire cuando baja la marea, el mismo fango donde
se sedimentan estos metales y metaloides peligrosos detectados por los
investigadores de Vigo.
La presencia de estas sustancias tóxicas llega en diversas zonas a la
categoría de severa y muy severa e incluso, en el caso del plomo,
alcanza el grado de fuerte, el máximo contemplado en el estudio
científico, en algún punto localizado cerca de la orilla, entre la
península de O Grove, A Toxa, Cambados y la Illa de Arousa.
Esta parte del mapa de la ría sobre el que han trabajado los miembros
del departamento de Química Analítica y Alimentaria de la universidad y
el grupo de Biogeoquímica Marina del CSIC aparece, sobre el papel,
teñida de negro. Y ese punto más oscuro, que denota mayor tasa de
contaminación del metal pesado, está muy próximo al humedal. Dentro ya
de los límites del complejo intermareal, figuran zonas bastante amplias
pintadas del tono gris que indica una contaminación severa.
El presidente de la Sociedade Galega de Historia Natural, Serafín
González, también científico del CSIC, envía su advertencia a la
Consellería de Medio Ambiente, que dirige Agustín Hernández, pero en el
texto sugiere que hay otros departamentos de la Xunta con
responsabilidades en el asunto. La contaminación severa por estas
sustancias es también competencia de Mar, por la posible afección de las
explotaciones pesqueras, las bateas que pueblan la ría y los bancos de
marisco.
Pero además, entre las posibles causas de tales niveles de
contaminación, la SGHN apunta una teoría que, si se llega a confirmar,
competería también al área de Medio Rural. “Manejamos como hipótesis
que, por su situación al borde de una importante zona vitivinícola [la
mayoría, de la denominación de origen Rías Baixas], la contaminación por
cobre y arsénico podría proceder de los tratamientos con fungicidas y
otros plaguicidas en los viñedos”, explicaba ayer en una nota de prensa
el colectivo ecologista. Sobre los mapas que publicó Microchemical
Journal junto con el estudio sobre los sedimentos costeros de la ría de
Arousa, la concentración de arsénico, pero sobre todo la de cobre,
aparece claramente situada, además de en otros puntos de la ría, en el
estuario del Umia y frente a Cambados. Los autores del artículo
científico (Miguel Ángel Álvarez-Vázquez, Carlos Bendicho, Ricardo
Prego), creen que también se podría buscar respuesta a la contaminación
por esos elementos en las pinturas de los cascos de los barcos, pero
esta causa por sí sola no puede explicar la concentración severa o muy
severa. En otras rías gallegas también se reparan pesqueros y, aunque
cada vez menos, se construyen grandes buques.
La presencia del plomo, por su parte, es más llamativa en el puerto
de Vilagarcía y en ese punto entre A Toxa y Cambados que amenaza el
Complexo Intermareal Umia-Grove-Carreirón. Encontrar presuntas
explicaciones a este tipo de contaminación resulta más difícil. La SGHN
exige a la Xunta que las investigue, que evalúe los efectos sobre las
aves acuáticas y que adopte medidas para combatir este mal, pero el
grupo sospecha que este metal acumulativo (también presente en pinturas)
puede estar relacionado con “la quema de combustibles fósiles”.
Serafín González explica que O Grove es la principal zona de
invernada en España del ostrero euroasiático, y que acoge a más del 20%
de los ejemplares que se registran en el país de chorlitejo grande y
chorlito gris. También ocupa un lugar destacado entre los parajes
preferidos del correlimos tridáctilo y del común, la aguja colinegra y
la colipinta, el zarapito trinador, el archibebe común y el claro,
además del vuelvepiedras. La Convención Ramsar, un tratado
intergubernamental para el uso racional y la conservación de los
humedales, reconoce los valores de este complejo intermareal de la ría
de Arousa como Zona Húmeda de Importancia Internacional. Ahora, los
encargados de velar por que los gobiernos cumplan, ya están informados.