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Incluso pueden grabarle en el sofá de su casa. No es ciencia ficción.
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Muchas de las 10 millones de teles inteligentes de España están equipadas para ello
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Lo denuncia un informático británico, que sufrió el espionaje en su propia casa
Hasta ahí la actividad de su electrodoméstico se mantenía dentro de la legalidad: si bien los consumidores en ocasiones no son conscientes de ello, la mayoría de smart tv están programados para conocer los gustos del usuario, lo que permite enviar publicidad personalizada como ocurre con Gmail, sin ir más lejos, y a los anunciantes seleccionar dónde colocar sus spots.
Lo que se saltaba todas las reglas es lo que el inglés descubrió después. La tele no sólo enviaba información sobre los programas a los que era aficionado, sino también sobre los vídeos de su colección particular que había visionado durante horas, en los que aparecían, entre otros, su mujer y sus hijos. Y lo hacía incluso cuando la opción de compartir datos estaba desactivada.
TECNOLOGÍA
La amenaza para la intimidad de las "teles inteligentes"
La marca surcoreana alcanzó en 2013 un 30% de cuota de mercado en España, según su director tecnológico Oriol Farnell, pero el fenómeno no es exclusivo de este fabricante. En nuestro territorio existen ya 10 millones de televisores inteligentes, potenciales escudriñadores de nuestra vida privada independientemente de la marca, tal y como indica Javier López Tazón, redactor jefe de Ariadna, suplemento tecnológico de El Mundo.
«Las teles inteligentes, con conexión a Internet, creación de perfiles y demás están entrenadas para conocer los gustos del usuario y, de esta forma, ofrecerle lo que él quiere. En principio, todas las teles inteligentes están preparadas para extraer y utilizar datos sobre las preferencias de los usuarios, así que, en ese nivel, es fácil que suceda con otros fabricantes».
Y si recopilan el nombre de los archivos de discos duros o dispositivos USB, no hay nada que impida que envíen también los contenidos, los vídeos, las fotos o los ficheros, añade Caracciolo. «Además, hay que tener en cuenta que hoy en día pocas personas utilizan distintos USB para el trabajo y para asuntos personales...».
López Tazón va aún más lejos en sus advertencias. «Podemos hacer un poco de ciencia ficción: si se puede hackear un ordenador conectado a Internet, también se puede hackear una tele conectada a Internet. ¿Con qué propósito? El acceso a los ordenadores es fundamentalmente para buscar contraseñas, datos de tarjetas de crédito y esclavizar miles de equipos para lanzar ataques; con las teles no funcionaría igual, pero sí se podría, por ejemplo, acceder a la webcam que integran algunos modelos».