Las fuertes lluvias registradas en la noche
del martes y la madrugada de este miércoles han paralizado gran parte de
Río de Janeiro, cuyo alcalde, Eduardo Paes, ha pedido que las personas
eviten salir a la calle si no es necesario.
Las lluvias comenzaron a las dos de la madrugada y sobre las cinco
o las seis las sirenas de advertencia se activaron en cerca de 30
comunidades de las zonas de riesgo y en los puntos y carreteras
importantes de la ciudad, como la Plaza de la Bandera y de la Avenida
Brasil.
Durante la noche, la segunda ciudad más grande de Brasil recibió
más lluvias de las que se esperarían en un año normal para todo el mes,
dijeron meteorólogos.
Las precipitaciones inundaron grandes carreteras, derribaron casas
en suburbios de clase media, suspendieron cronogramas de trenes y
vuelos y crearon tal descalabro que el alcalde Eduardo Paes pidió a los
residentes que permanecieran en sus casas.
No se han registrado muertes, aunque el personal de emergencia se
desplegaba en las primeras horas de la tarde del miércoles para atender a
heridos aislados y evaluar la extensión del daño.
Aunque diciembre es parte de la temporada lluviosa del año, la
intensidad de las lluvias ha devuelto los antiguos temores sobre
inundaciones, en una ciudad costera donde un desarrollo descuidado y la
mala supervisión pública durante las últimas décadas han llevado a la
expansión urbana a través de una planicie de inundación entre las
montañas cercanas y el mar.
"Ahora lidiamos con los problemas del desarrollo oportunista que
pone en riesgo a personas y propiedades", dijo Moacyr Duarte, ingeniero e
investigador en desastres que asesora las labores de preparación de la
ciudad. "Las autoridades nunca debieron permitir que gran parte de esto
se construyera", recalcó.
INSTITUCIONES CULTURALES CERRADAS
Las fuertes lluvias también han afectado al funcionamiento de
diversas instituciones culturales de la ciudad y algunas no han podido
abrir las puertas al público porque la mayoría de sus empleados no han
podido ir a trabajar.
Este ha sido el caso del Museo de Arte Moderno (MAM), ubicado en
el Parque Flamengo y el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), en el
centro, según informa la Agencia Brasil.
En el MAM, debido a la ausencia de monitores, guardias de
seguridad y otros trabajadores, las salas de exposiciones no se han
abierto al público. Internamente, sin embargo, todos los departamentos
del museo están trabajando, incluyendo el trabajo de montaje de dos
exposiciones del artista Manuel Antonio, que se inaugura este jueves, y
Expo1, con apertura prevista para el martes, 17 de diciembre.
El Centro Cultural Banco de Brasil (CCBBs), a pesar de la lluvia,
sí mantiene abiertas las exposiciones y el cine y el teatro, pero la
biblioteca no ha podido abrir porque los asistentes no pudieron llegar
al trabajo.