Pauline Cafferkey ha mejorado a "grave, pero estable", según el último parte médico.
La salud de la enfermera británica contagiada con el virus del ébola y aislada en un centro sanitario londinense ha mejorado, al pasar de un estado "crítico" a "grave, pero estable", informó el Royal Free Hospital."Podemos anunciar que la condición de Pauline Cafferkey ha mejorado a grave, pero estable", según el último parte médico del Royal Free Hospital, donde la enfermera escocesa, de 39 años y que había sido dada de alta en enero, tuvo que ser aislada en una unidad especial del centro médico el pasado día 9 por sufrir una "inusual complicación" relacionada con la enfermedad.
Desde entonces, Cafferkey ha sido tratada en una unidad de máximo aislamiento de ese hospital, que la pasada semana afirmó que se encontraba en estado "crítico", luchando por su vida.
La hermana de la enferma, Toni Cafferkey, denunció a la prensa que ésta acudió al médico en Glasgow con síntomas días antes de su ingreso, pero que el doctor la envió a casa pensando que era un virus convencional.
Al ser hospitalizada el 9 de octubre, las autoridades sanitarias confirmaron que el virus del ébola, que contrajo cuando colaboraba en África, estaba presente en su organismo, si bien subrayaron que el riesgo de contagio era bajo.
La enfermera contrajo el ébola cuando trabajaba como sanitaria en Sierra Leona con la organización humanitaria Save the Children para tratar de contener el brote de la enfermedad en África occidental.
Tras ser diagnosticada en diciembre de 2014, Cafferkey pasó tres semanas en la unidad de aislamiento del Royal Free Hospital y llegó a estar en estado crítico, antes de recibir un tratamiento experimental con plasma sanguíneo de otro enfermo británico, el también sanitario Will Pooley.
Los protocolos en vigor en el Reino Unido indican que cualquier persona diagnosticada con ébola debe ser trasladada lo antes posible a la unidad de aislamiento preparada en ese centro de la capital británica.
Según las autoridades médicas, el ébola solo se puede transmitir por contacto directo con la sangre o fluidos corporales de la persona infectada durante la etapa sintomática de la enfermedad.
La semana anterior a su último ingreso, Cafferkey había estado en Londres para recibir un premio en reconocimiento a los riesgos que asumió para ayudar en África durante la epidemia de ébola.