El Ayuntamiento de Galende ha publicado un bando en el que pide la colaboración de los vecinos para buscar a Lourdes Rodríguez Ramos
Alrededor de un centenar de personas han reanudado esta mañana a la búsqueda de la vecina de Pedrazales desaparecida el pasado lunes. Las labores de rastreo se centrarán en los montes de Pedrazales y Trefacio hasta Galende en varios grupos de voluntarios.En estas mismas labores de rastreo participaron ayer medio centenar de personas para intentar localizar a una vecina de Pedrazales de 82 años, que falta de su domicilio desde el lunes sobre las 10 de la noche. La octogenaria, Lourdes Rodríguez Ramos, vestía en el momento de su desaparición un vestido verde "trescuartos" de lana, chaqueta azul claro, calcetines negros y botines negros de cordones. Es rubia, de metro cincuenta de altura y andaba con dificultad.
Las labores de búsqueda se suspendieron poco antes de las siete de la tarde y se reanudan hoy a las ocho de la mañana. El Ayuntamiento de Galende dictaba ayer un bando para pedir la colaboración ciudadana y ampliar el rastreo. La Alcaldía ha solicitado a la Subdelegación del Gobierno la colaboración de la UME, mientras los operarios municipales suspenden cualquier función para dedicarse a las labores de búsqueda, en las que ayer ya participaron. Concejales de todas las formaciones tomaron parte activa de la búsqueda en calidad de convecinos de la persona desaparecida a las labores de rastreo.
El dispositivo de búsqueda registró todo el perímetro de la carretera y todas las zonas colindantes entre Pedrazales y Trefacio, ya que el último punto en que fue vista por otros vecinos es el paraje el Capricho, junto a la carretera. En el dispositivo de búsqueda participaron agentes de la Guardia Civil de Sanabria, la Unidad Cinológica de Zamora, Protección Civil de Alcañices, Benavente y Zamora, y un nutrido grupo de vecinos de Pedrazales, Galende, Trefacio, El Puente y Ribadelago, entre otros. Algún voluntario rastreó incluso a caballo los caminos desde Galende hasta Pedrazales. Otra de las expediciones de rastreo se dirigió hacia la zona limítrofe con Vigo de Sanabria.
Tras el primer recorrido infructuoso de la mañana, los voluntarios repartidos en grupos rastrearon nuevamente por la tarde los terrenos hasta el río Trefacio ampliando el radio de actuación, pero teniendo siempre como referencia la carretera entre los dos pueblos. Los perros de la Unidad Cinológica, en este caso, no podía seguir un único rastro ya que los buscadores de setas recorren a diario toda la zona.
Lourdes Rodríguez no es mujer de andar a setas, ni de ir a ver fincas o árboles frutales. Vivió muchos años en Barcelona y visitaba en vacaciones su pueblo natal, aunque últimamente llevaba dos meses residiendo de continuo en el pueblo, acompañada de una hija y cerca de sus hermanas. Suele pasear sin salirse de la carretera, en unas ocasiones en dirección Trefacio y otras dirección a Galende pero sin salirse del asfalto. A veces va acompañada de su hermana aunque últimamente iba ella sola.
La mujer desaparecida salió de casa sobre las siete de la tarde, como explicaba su hija Lourdes. Poco antes de llegar al paraje del Capricho, donde a un lado hay fincas cerradas y al otro fincas pobladas de maleza, se cruzó con una vecina que iba en coche que le recomendó que se diera la vuelta, pero ella continuó su camino. "Iba por su mano" señalaba una de las últimas personas que la vio. Entre las ocho y media y las nueve menos cuarto de la tarde algunas personas todavía la vieron paseando por la carretera. A esa hora todavía no había oscurecido. Su hija bajó sobre las nueve al Centro de Salud de Puebla y regresó sobre las diez menos cuarto. Como su madre no estaba en casa, bajó a la casa de sus tías, y luego a la casa de unas primas, sin localizarla. Sobre las 10 de la noche alertó al 112 de que su madre no había vuelto a casa.
En el operativo de búsqueda no se descartaba ninguna hipótesis, desde que se hubiera caído entre la maleza, o se hubiera puesto mala por cualquier motivo y se hubiera apartado de la carretera, o que se desorientara. A sus 82 años tenía problemas de salud propios de su edad, aunque su hija tenía miedo de que le hubiera repetido un infarto cerebral, ya que hace un tiempo le dio un microinfarto, pero no le dejó secuelas.
Tras completar el recorrido campo a través, los grupos de voluntarios se centraron en mirar en pajares y casas abandonadas de Trefacio por si se hubiera refugiado, un rastreo que ya que había efectuado en las calles de Pedrazales desde su desaparición. El dispositivo de búsqueda se inició poco después de comunicar su desaparición, en el que participaron agentes de la Guardia Civil de El Puente y Puebla y vecinos del pueblo, que estuvieron prácticamente hasta las seis de la mañana rastreando la zona más cercana al pueblo. Los vecinos más mayores que no pudieron participar en esas primeras labores trasladaban "una preocupación tan grande que no hemos podido dormir".