Tiene 600 km de diámetro y vientos de 160 km/h y ráfagas de hasta 195
La lentitud con la que avanza y las lluvias pueden provocar inundaciones
La alerta se produce dos años después del tifón Haiyán, que dejó 6.300 muertos
Koppu, denominado Lando por las autoridades locales, se encontraba a 295 kilómetros de la localidad de Baler, en el noreste de Filipinas, a las 10.00 hora local (02.00 GMT), hacia donde se traslada a 10 kilómetros por hora.
Por ello, PAGASA estima que la tormenta, de 600 kilómetros de diámetro, tocará tierra la mañana del domingo y permanecerá en la mitad norte de la isla de Luzón hasta el próximo martes, donde se prevé que dejará intensas precipitaciones.
Las autoridades de Filipinas han advertido de que la lentitud con la que se traslada el tifón y las fuertes lluvias que dejará la tormenta puede provocar numerosas inundaciones y deslizamientos de tierra en 635 municipios de 14 regiones.
En las provincias de Aurora, Isabela, Quirino, Nueva Vizcaya, Nueva Ecija, Ifugao y la zona norteña de Quezon, donde se ha declarado el nivel de alerta 3 de un máximo de 5, se esperan vientos de 120 a 170 kilómetros por hora en las próximas 18 horas y una posible marejada ciclónica de hasta 2 metros en las zonas costeras.
Algunas localidades como Daet, Baler y Casiguran, cerca de la costa este de Luzón, ya están experimentando intensas lluvias, indicó hoy PAGASA en una rueda de prensa, por lo que las autoridades filipinas han pedido a los residentes de las zonas bajo alerta que eviten salir al exterior.
La agencia meteorológica de Filipinas también ha advertido del peligro de navegar en las aguas de las zonas de Luzón (norte de Filipinas), Visayas (zona centro) y la costa este de Mindanao (sur del archipiélago).
Por su parte, el presidente de Filipinas, Benigno Aquino, instó el viernes en un discurso televisado a permanecer en calma y acatar las órdenes de las autoridades y las fuerzas de seguridad, que se encuentran en alerta roja ante la proximidad y la intensidad de la tormenta.
"Vuestro gobierno está aquí para intentar que no se produzcan víctimas", afirmó Aquino.
"Tenemos disponibles medios para responder a cualquier eventualidad, pero estamos tratando con la naturaleza o sea que no sabemos lo que puede pasar", agregó el mandatario, que se ha reunido con las agencias de respuesta a emergencias para coordinar sus acciones.
Entre 15 y 20 tifones recorren todos los años Filipinas durante la temporada lluviosa, que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre.
En noviembre de 2013, Haiyan, uno de los más potentes de la historia, causó 6.300 muertos, más de 1.000 desaparecidos y 14 millones de damnificados.