La salida de prisión, por un permiso, de la expareja de Mónica París
habría acelerado la marcha al país galo, en donde su amigo ya tendría un
trabajo
Mónica París y Francisco, los vecinos de Outes y
Noia, respectivamente, cuyas familias denunciaron la desaparición de
ambos, y por separado, a finales de la pasada semana, se encuentran en
Francia. A esta conclusión llegaron los investigadores que, en los
últimos tres días, les han seguido el rastro para descartar que ambos
pudieran haber sufrido algún percance que les hubiese llevado a faltar
de sus domicilios. Estos dos amigos se encuentran en perfecto estado
después de realizar el viaje que, todo parece indicar, tenían planeado
para llegar a alguna localidad del país galo en la que, según parece,
tendrían la intención de asentarse para iniciar una vida juntos.
La toma de declaraciones a diferentes familiares de
estos dos barbanzanos, allegados como un amigo de ambos que habría
estado con ellos antes de que iniciasen el viaje, u otras pruebas que la
Guardia Civil ha logrado acumular en las últimas 72 horas, han sido
fundamentales para descartar cualquier hipótesis sobre una desaparición
violenta de ambos.
Por el contrario, todo parece indicar que Mónica
París y Francisco habrían diseñado una nueva vida, lejos de su tierra
natal, para empezar de cero. El problema fue que su decisión no se la
notificaron a nadie, y, además, todos los indicios apuntan a que habrían
adelantado su marcha para evitar encontrarse con la expareja de París,
que este fin de semana salió de cárcel para disfrutar de un permiso de
varios días que, según parece, concluye hoy.
La hipótesis que manejan los investigadores hace
pensar que estos dos amigos pudieron tener miedo de que la expareja de
Mónica París, que a la vez es padre de sus dos hijas, tomase represalias
al enterarse de su amistad, aunque tampoco se descarta que ya fuese
conocedor de esa relación. Además, el perfil de este presidiario, que
también tiene su residencia en Noia, es el de una persona agresiva.
El hecho de que el destino elegido por ambos sea
Francia responde a las posibilidades laborales que Francisco encontraría
allí. Fuentes cercanas a la investigación señalan que este noiés ya
tendría garantizado un puesto de trabajo en ese país que les permitiría
tener un sueldo del que vivir, aunque tampoco se descarta que ella
pudiera, con el tiempo, tener acceso a otro empleo gracias a los
contactos de su acompañante.
Perfiles opuestos
La Guardia Civil ha llevado esta investigación con
mucha cautela desde que los familiares de París alertaron de su
desaparición, el viernes por la mañana, tan solo un día después de ser
vista por última vez. Además, el hecho de que la mujer tenga 30 años, y
de que en las últimas semanas ya pasara varias noches fuera de su hogar,
hizo que el instituto armado no activase el protocolo de desaparición
que sí se pondría en marcha si se tratase de un menor o hubiese indicios
sólidos de que esta mujer pudiese correr peligro.
Caso contrario ocurrió con Francisco, que siempre ha
tenido una vida mucho más ordenada que París y nunca dio motivos para
pensar que podría acabar yéndose de Noia en estas circunstancias.
«O que non entendemos é que non chame para preguntar polas súas fillas»
Los padres de Mónica París viven desde el viernes un
calvario por las incógnitas que rodearon, hasta ayer, la desaparición de
su hija. El primer motivo de angustia estaba relacionado con la
integridad física de París, y el segundo tenía su razón de ser en las
dos hijas de esta noiesa de 30 años, ya que, en su ausencia, están a
cargo de los abuelos maternos, que superan los 70 años. Ayer, según
explicaban fuentes familiares, la Guardia Civil contactó con ellos para
decirles que su hija se encuentra en buen estado y que fue su voluntad
irse en compañía de Francisco. Aún así, el padre de Mónica no dudó en
asegurar, mientras lloraba, que «o que non entendemos é que non chame para preguntar polas súas fillas».
El mismo padre, que ayer evidenciaba un fuerte
desgaste por lo todo vivido desde el viernes, afirmó que no hay
constancia de que el progenitor de sus nietas pasase cerca de la casa en
la que residen las crías. «Sabíamos que este fin de semana estaría de permiso na rúa, pero aquí ninguén o viu e non sabemos nada del». El padre de Mónica París hizo un llamamiento a su hija para que, al menos, contacte con ellos para hablar de lo ocurrido.