Los buzos han estado toda la jornada centrados en realizar un corte en el costado estribor del pesquero, a la altura del puente de navegación, coincidiendo con un camarote, de un tamaño aproximado de un metro y medio cuadrado. Esta maniobra en el barco, sumergido desde el naufragio del pasado lunes en una zona rocosa de fuertes corrientes, fue acometida con una lanza térmica, que se alimenta de oxígeno, que puede alcanzar temperaturas de más de 5.000 grados.
El director de Operaciones de Salvamento Marítimo, Joaquín Maceiras, explicó que la investigación se centra ahora en la proa de la embarcación, en la que hay tres camarotes, y también en la sala de máquinas.La tarea de rescate se prolongó hoy hasta que las condiciones de luz lo permitieron. Maceiras ha precisado que esta mañana los especialistas en actividades subacuáticas han inspeccionado y comprobado que en los cuatro camarotes de cubierta así como sus correspondientes baños y pasillos no aparecen los cuerpos de los tripulantes desaparecidos.
La bonanza del tiempo prevista concede a los buzos la posibilidad de trabajar en las mismas condiciones en las que lo están haciendo hasta ahora, al menos hasta el próximo martes.