El Gobierno de Brasil ha confirmado este lunes
el estado calamitoso en el que se encuentra el municipio de Porto
Velho, ciudad capital del estado de Rondonia, en el noroeste del país, y
una de las afectadas por las crecidas del río Madeira de este pasado
sábado, que afectaron a casi 2.500 familias.
Según el Boletín Oficial del Estado, el Gobierno ha tomado la
decisión después de las informaciones llegadas desde los poderes
municipales de la región, que comunicaron crecidas superiores a los 19
metros, que acabaron por propiciar la huída de 2.478 familias de sus
hogares, de acuerdo con los datos facilitados por Protección civil.
La presidenta del país, Dilma Rousseff, sobrevoló el pasado fin de
semana la zona afectada, que va desde Porto Velho al estado vecino de
Acre, limítrofe con Bolivia. La mandataria ha anunciado que aquellos que
han perdido sus hogares y posesiones contarán con el respaldo del
Gobierno y con un trato de prioridad en el acceso a una nueva vivienda
del programa estatal 'Mi Casa, Mi Vida'.
Una situación similar se vivió a finales de 2013 en algunas
localidades del estado de Espírito Santo, en el este de Brasil, que
sufrieron devastaciones de diferente consideración por las fuertes
lluvia caídas en diciembre de ese año.
El Gobierno ha anunciado que destinará una inversión superior a
los cuatro millones de dólares para intentar paliar la grave situación
en materia de servicios esenciales y vivienda de los cuatro municipios
más afectados por las precipitaciones y sus consecuentes inundaciones:
Brejetuba, Laranja da Terra, Vila Valério e Sao Gabriel da Palha.