- Según una primera estimación del Consorcio de Compensación de Seguros
- En una estimación de los daños causados por el temporal del domingo
El director de Operaciones del Consorcio, Alejandro Izuzquiza, ha informado a Efe de que se ha calculado que el número de siniestros causados por el temporal en toda la cornisa cantábrica asciende a unos 1.600, de los que la mitad se registraron en el País Vasco -500 en Gipuzkoa y 300 en Bizkaia-.
El Consorcio trabaja con la previsión de que los desperfectos pueden superar los 20 millones de euros en todo el litoral del norte, y que en el País Vasco, la zona más afectada por el temporal, los daños asegurados ascienden a entre 14 y 16 millones.
En esta estimación, se encuentra también el mobiliario urbano destrozado, que en su mayoría son bienes de titularidad municipal que generalmente también están asegurados.
Evaluación de los daños Por el momento, el Consorcio de Compensación de Seguros ha recibido 480 solicitudes de indemnización, de las que el 85% han sido recibidas por teléfono y el 15% a través de su página web. De estas solicitudes, 145 proceden de Gipuzkoa y 70 de Bizkaia, mientras que las demás corresponden al resto de la cornisa cantábrica.
Un amplio equipo de peritos comenzará a visitar desde este miércoles a los afectados, que podrían comenzar a cobrar las indemnizaciones en 10 días, mientras que el Consorcio calcula que en un plazo de entre 3 y 4 meses podría satisfacer el pago de entre el 85 y el 90% de las indemnizaciones.
Aunque el temporal marítimo del pasado domingo es uno de los más importantes que se recuerdan en la costa vasca, los datos de los que dispone el Consorcio de Compensación de Seguros relativizan el volumen de los daños.
Así, frente a los 1.600 siniestros que se calculan en la costa cantábrica por el temporal de olas de domingo, el terremoto de Lorca, el 11 de mayo de 2011, sumó un total de 32.000 reclamaciones que se tradujeron en 480 millones de euros de indemnizaciones.
Del mismo modo, las inundaciones registradas en Gipuzkoa en noviembre de 2011 acumularon un total de 5.600 solicitudes de indemnización y el Consorcio pagó 60 millones para compensar los daños causados.
Por otra parte, en San Sebastián, la capital de provincia más castigada por las olas, 70 afectados han acudido al Ayuntamiento para dar parte de su situación, según ha explicado el consistorio en un comunicado.
Un fenómeno inusual, con marea alta
El
temporal que el pasado fin de semana golpeó la costa del Cantábrico y
llenó de destrozos el litoral no es un fenómeno habitual, porque un
oleaje de esa intensidad y una marea tan alta no suelen coincidir y, de
hecho, es algo que se produce sólo cada 40 años.
Según ha explicado a Efe el investigador César Vidal, del Instituto de Hidráulica de Cantabria, el temporal marítimo en sí no fue "especialmente extraordinario". Lo singular es que en este caso ha coincidido con una cota de marea muy alta, también poco frecuente, que ha llegado a niveles que se producen cada diez años.
El hecho de que dos fenómenos tan poco frecuentes coincidan al tiempo, como ha ocurrido esta vez, reduce la probabilidad de que se produzcan sucesos como el del fin de semana, que pueden ocurrir con una periodicidad de unos 40 años.
No es, por tanto, la primera vez que el mar golpea con fuerza la costa, ni será la última, porque, según dice, estos sucesos se van a seguir repitiendo, los temporales van a ser cada vez más frecuentes y, además, cada vez "más dañinos".
En eso tiene mucho que ver el cambio climático y la subida del nivel del mar. Se calcula que cada año ese nivel aumenta cinco milímetros, y como el fenómeno no es nuevo, porque viene de atrás, en los últimos 40 años habrá crecido unos 20 centímetros, con lo cual, las cotas máximas de marea son más altas.
En los próximos años seguirá esa tendencia y, en opinión de Vidal, lo que habrá que hacer para afrontar los temporales es tomar medidas preventivas.
Según ha explicado a Efe el investigador César Vidal, del Instituto de Hidráulica de Cantabria, el temporal marítimo en sí no fue "especialmente extraordinario". Lo singular es que en este caso ha coincidido con una cota de marea muy alta, también poco frecuente, que ha llegado a niveles que se producen cada diez años.
El hecho de que dos fenómenos tan poco frecuentes coincidan al tiempo, como ha ocurrido esta vez, reduce la probabilidad de que se produzcan sucesos como el del fin de semana, que pueden ocurrir con una periodicidad de unos 40 años.
No es, por tanto, la primera vez que el mar golpea con fuerza la costa, ni será la última, porque, según dice, estos sucesos se van a seguir repitiendo, los temporales van a ser cada vez más frecuentes y, además, cada vez "más dañinos".
En eso tiene mucho que ver el cambio climático y la subida del nivel del mar. Se calcula que cada año ese nivel aumenta cinco milímetros, y como el fenómeno no es nuevo, porque viene de atrás, en los últimos 40 años habrá crecido unos 20 centímetros, con lo cual, las cotas máximas de marea son más altas.
En los próximos años seguirá esa tendencia y, en opinión de Vidal, lo que habrá que hacer para afrontar los temporales es tomar medidas preventivas.