Pekín aumentó hoy el nivel de alerta por
contaminación a naranja, la de mayor gravedad tras la roja, debido a
una densa capa de polución que se espera que cubra la capital china
durante al menos tres días más.
Ante la nueva alerta, se recomienda que los niños y los ancianos no
salgan de sus hogares y se insta a los ciudadanos a que utilicen
transporte público y no caminen o vayan en motos o bicicletas.
Algunas fábricas también suspenderán su actividad hasta nueva orden.
La concentración de partículas PM 2,5, aquellas inferiores a las 2,5
micras y las más peligrosas para la salud por su capacidad de
infiltrarse en los pulmones, está hoy casi en los 400 microgramos por
metro cuadrado, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS)
recomienda que no sea superior a los 25 microgramos.
China,
segunda economía mundial, descuidó durante décadas el medio ambiente en
aras de un rápido desarrollo industrial, lo que ha producido una grave
degradación de su atmósfera, o de sus ríos y lagos.
Uno de los
principales factores causantes del problema es la alta dependencia
china del carbón, una de las fuentes de energía más contaminantes, y que
supone más del 60 % de la energía consumida en la nación.