Procede a desembalsar por los aliviaderos de las
presas del Tormes, del Águeda, en el Portón Alto en Segovia y en la zona
final del Duero.
Las avenidas en los ríos que se podrían generar por los
deshielos en las sierras y en las carreteras es la máxima preocupación
de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) para este fin de
semana. El organismo de la cuenca ha procedido a desembalsar agua de las
presas para mantener los niveles de seguridad en los ríos, que
significa al menos el 20% del resguardo.
Gran parte de la culpa la tiene el viento del sur, que en los dos últimos días es el que predomina en Castilla y León. El viento, seco y cálido,
tiene como principal consecuencia una considerable subida de las
temperaturas mínimas. Y si en las alturas no hiela por la noche, el paso
de la nieve a agua se acelera considerablemente. Y cuando el deshielo
no es lento y priogresivo, la tierra se queda sin capacidad de absorción
y todo el agua que se produce va rápidamente a los cauces de lor ríos a
través de los arroyos. De hecho en el organismo de cuenca señala que el problema no está en las avenidas de los ríos sino en las que se podrían generar debido al deshielo que se prevé, debido a la subida de las temperaturas y a las últimas lluvias.
La CHD procedió hace días a desembalsar agua “moderadamente” de las 20 presas de la cuenca de la comunidad,
de tal forma que lo que “entraba se soltaba por las turbinas
hidroeléctricas de los desagües de fondo”. Sin embargo, hay varios
embalses que sueltan además de por las turbinas por el aliviadero como
son el Tormes y el Águeda en Salamanca y el embalse del Portón Alto en
Segovia. “El Tormes suelta por el aliviadero porque hay bastante nieve
en Gredos y tenemos bastante agua almacenada. En concreto suela 100
metros cúbicos por segundo, una cantidad que no supone un problema en el
cauce”, puntualizó.
En el caso del Águeda,
también se ha procedido a desembalsar una “cantidad importante” pero
“controlada”, reseñó Valín, quien insistió en que “no afectará al cauce
del río a su paso por Ciudad Rodrigo”.
Además, según el presidente de la CHD también sueltan
bastante cantidad algunos embalses hidroeléctricos de la zona final del
Duero como son el Villalcampo y Ricobayo en Zamora y el Saucelle, en la
frontera con Portugal.
“Es difícil predecir los deshielos que se producen aguas
arriba de la cabecera. Además no está clara la predicción meteorológica
por el frente continuo de borrascas que están pasando”, destacó Valín.
Asimismo, señaló que los ríos que menos están creciendo son los de la margen izquierda del Duero, es decir: Duratón, Riaza, Eresma y Adaja, entre otros.
Valín aclaró, además, que la crecida de los ríos debido a
días anteriores está en “franco retroceso”, ya que tan solo hay ocho
estaciones en alerta y ninguna en alarma. “Hemos llegado a tener 22 estaciones en alerta y dos en alarma y en este momento solo hay ocho estaciones en alerta, en Soria solo la de Navapalos”, reiteró.
De este modo, señaló que ha descendido el caudal del río Duero a su paso por Toro (Zamora), por lo que ya no está en alerta.
El responsable del organismo de la cuenca visitó hoy Soria
para dar a conocer la segunda fase de las obras que se acometerán en el
río Duero a su paso por la ciudad.
Durante la presentación, señaló que el Duero precisa
regulaciones complementarias, sobre todo, en la zona del rio Carrión
porque tiene unas zonas regables, que no es capaz de abastecer; y en la
del Órbigo para cubrir la demanda. Asimismo, señaló que son necesarias
la ejecución de nuevas presas en el Eresma y en el Cega en Segovia, esta
última para evitar crecidas, debido a que “no tiene regulación alguna”.
Por otro lado, Valín recordó a las organizaciones agrarias,
que hace escasos días pidieron que la CHD procediera a limpiar los
cauces de los ríos, que el pasado año se invirtieron más de diez
millones de euros en trabajos de adecuación y limpieza de cauce, una
cantidad que “jamás” se había invertido.
En ese sentido, el responsable de la cuenca señaló que la
CHD lleva un criterio de “equilibrio y de sentido común”, ya que no se
puede dejar el río pelado en sus riberas, es decir como un canal, porque
el agua circularía con más velocidad y, se produciría en mucho menos
tiempo la llegada de las aguas a las vegas agrarias. “Cuanto más pelado
este un río en cabecera y más limpio más inundaciones en zonas
agrarias”, señaló para instar, a continuación, al sector a informarse.
Asimismo, señaló que si los ríos tienen mucha vegetación
pueden generar obstrucciones aguas arribas. “Por eso, se mantienen los
ríos de forma equilibrada ni pelados ni con obstrucciones en los cauces.
No se han producido problemas importantes”, destacó, para anunciar
también que este año se firmarán contratos plurianuales para actuar de
forma continuada en los cauces.