En la periferia de Trinidad más de un centenar de
familias duermen a la intemperie, no hay luz, comida ni agua potable.
Los barrios sufren por la inundación causada por las precipitaciones
pluviales y todavía se sienten amenazados por el rebalse de los ríos.
Hasta ayer, decenas de familias todavía trasteaban muebles, camas,
cocinas, mesas y otros enseres desde sus viviendas hasta las carpas
entregadas por el Gobierno y la Gobernación. Celsa Huaja es una
damnificada del barrio 13 de Abril, cercano al cinturón de seguridad que
no permite que las aguas de los ríos Mamoré, Beni e Ibare ingresen a la
capital beniana.
Huaja, su esposo y su niña de tres
años se refugiaron en una carpa de tres por tres metros, hecha de madera
y nailon. El lodo que hay debajo de sus pertenencias se asemeja a una
enorme alfombra gris. “Ahí vivimos, en esa carpita. Hemos salido de
nuestra casa en plena lluvia. Desde entonces mi hija tiene fiebre y solo
compré paracetamol”, lamenta.
Mejor suerte tuvo la
familia de Raquel Justiniano, porque su carpa es blanca, de lona,
impermeable y el suelo es duro. Está en la plazuela Ganadero, a cinco
kilómetros de su barrio 6 de Agosto que quedó anegado completamente.
Solo trajo lo indispensable: cama, colchones, ropa, gas licuado, una
cocinilla y caldera. “Se nos llenó de agua todo. Mi hija me trajo un
bidón de agua porque no nos han traído agua ni comida. No tenemos luz.
Es una etapa crítica”, lamentó.
La situación de más
de un centenar de familias cambió la mañana del jueves, cuando una
torrencial lluvia cayó sobre la ciudad por al menos cinco horas. Diez
barrios quedaron inundados y el cinturón protector sufrió una filtración
que fue reparada ayer.
El sol salió el viernes, pero al mediodía volvió a
llover. De día se ve a la gente damnificada armar sus carpas, lavar
ropa, trastear cosas. Los niños juegan a la pelota o ayudan a sus
padres. En la noche todo cambia. No hay luz, solo se divisan velas o
linternas.
Las baterías sanitarias no existen. No
hay baños y para hacer sus necesidades, la gente debe buscar sitios
alejados. Las precipitaciones anegaron también la cárcel de Mocoví, en
las afueras de la ciudad, sobre la carretera a San Joaquín, que alberga a
unos 400 privados de libertad. Los internos tuvieron que sacar el agua a
baldazos.
En la urbanización Maná, colindante con
Mocoví, la situación es desesperante, según Calixto Noe, quien con
azadón en mano eleva una muralla de lodo a 20 metros del retén de peaje
que quedó inundado. En la misma zona, Mónica Sedamano calcula que hay
300 familias damnificadas. Otras, como del barrio Primavera, aceptaron
ser llevadas al Campo Ferial.
Catalina Udazan, líder
del barrio Primavera, reclama por agua potable y alimentos, sobre todo
para los pequeños. Espera atención médica para prevenir enfermedades
causadas por los insectos. Un muestra más de que la periferia sufre por
el desastre causado por las lluvias.
La ayuda y donaciones para Beni
La ayuda y donaciones para Beni
Carpas
Las ONG Visión Mundial y Samaritan’s Purse donaron 40 carpas y un purificador de agua, respectivamente.
Refugios
Al menos 13 colegios acogen a damnificados por la inundación, según la VI División de Ejército.
Ayuda
Unas ocho toneladas de alimentos, enseres y otros fueron trasladados por el helicóptero MI 8 de la Fuerza Militar del Perú.
Luto
Efectivos de la Fuerza Aérea y de la Armada buscan a dos personas
desaparecidas en Laguna Suárez, un adulto y una niña, según el Ministro
de la Presidencia.
Gobierno refuerza la ayuda aérea en tres departamentos
El Gobierno concentra la ayuda aérea en tres regiones:
Beni, Pando y el norte de La Paz. Ejecutará cuatro operaciones para
atender a las familias damnificadas en esas regiones, informó ayer a
radio Patria Nueva, el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana.
La primera base está en Trinidad, desde donde los helicópteros se
desplazarán a los municipios cercanos; la segunda se encuentra en
Rurrenabaque (Beni) y asistirá al norte de La Paz. “Atenderemos a San
Buenaventura, Apolo, Ixiamas, Tumupasa, Esperanza y otras comunidades,
donde hemos tenido dificultades para operar con abastecimiento de
víveres”.
La tercera intervención aérea se realizará
desde Riberalta para llegar a Puerto Cabinas, Puente Yata, Santa Rosa y
otros poblados. Mientras que el cuarto apoyo aéreo será para atender a
las familias de poblaciones y comunidades de Pando, que empiezan a
recibir las aguas de los ríos del Perú y Bolivia, indicó la autoridad
gubernamental.
“Ahora tenemos una Fuerza Aérea
fortalecida con un helicóptero ruso, gracias al apoyo del Gobierno del
Perú, otros dos helicópteros alquilados, un avión de la cooperación de
Francia, también continuamos trabajando con los helicópteros del
Ministerio de la Presidencia. Con todos ejecutamos las cuatro
intervenciones aéreas”, declaró.