El montañero, natural de Oviedo, realizaba un camino que en
un principio no revestía demasiada dificultad acompañado por otras dos
personas, con las que había coincidido aunque, al parecer, solo se
conocían «de vista». En un momento de la travesía, y por causas que sus
compañeros no supieron precisar, aunque se especula que pudo resbalar,
el hombre se precipitó por una pendiente helada de unos 45º, quedando
tendido al fondo en estado inconsciente.
Los acompañantes llamaron al 112 poco antes de las cuatro
de la tarde, que movilizó a un médico, a un rescatador y también a
efectivos del Greim de la Guardia Civil.
El helicóptero, después de recoger en Potes a los agentes,
tuvo que tomar tierra a unos 300 metros del lugar en el que se había
despeñado el montañero, en un punto situado entre Peña Vieja y Santa
Ana. Al parecer, la zona por la que caminaban los tres montañeros estaba
soleada, aunque con el transcurso de las horas, y ya cuando llegaron
los efectivos de rescate, estaba en sombra, cubierta de una capa helada
con nieve muy dura.
La médico del equipo del 112 se desplazó a pie hasta el
lugar con uno de los agentes del Greim para prestar los primeros
auxilios al herido y, después, una vez inmovilizado en la camilla, el
rescatador y otro guardia apoyaron la evacuación hasta el helicóptero.
Los efectivos de rescate observaron que el hombre no
llevaba ni crampones ni casco. En un primer momento, como los otros dos
montañeros desconocían su nombre, el hombre fue evacuado sin
identificar, ya que dada su gravedad se decidió no buscar su
documentación entre sus ropas para moverlo lo menos posible.
Se observó que estaba politraumatizado, con un fuerte golpe
en la cabeza y en estado grave, y no recuperó la consciencia durante el
dispositivo de rescate. Fue trasladado en helicóptero hasta el
aeropuerto de Parayas, donde una ambulancia del 061 le esperaba para
llevarlo hasta el Hospital Valdecilla, donde ingresó en la UVI.
Una vez en el hospital, los sanitarios ya pudieron averiguar su edad y su identidad.