Un tren cargado de "mercancías peligrosas",
entre ellas petróleo y gas licuado del petróleo (GLP), ha descarrilado
este martes y se ha incendiado al noroeste de Nueva Brunswick, cerca de
la frontera entre Canadá y Estados Unidos, obligando a evacuar varias
viviendas cercanas por el peligro que podría suponer la exposición al
humo.
"Aún no se ha confirmado el número de vagones que han
descarrilado, pero sí sabemos que algunos de ellos tienen mercancías
peligrosas y se encuentran cerca del área afectada", ha señalado el
director de asuntos públicos de la compañía CN Rail, Jim Feeny, en unas
declaraciones recogidas por los medios locales.
Los equipos de emergencia y de Bomberos ya se encuentran
trabajando en la zona del siniestro, aunque "es demasiado pronto para
determinar las causas del descarrilamiento", según Feeny. En cualquier
caso, ha avanzado que ninguno de los miembros de la tripulación del tren
ha resultado herido, mientras que la evacuación afecta a un radio de
dos kilómetros.
Algunos testigos del suceso dicen haber visto "una enorme nube de
humo de color naranja" a raíz del incendio originado tras el accidente.
Asimismo, los vecinos de la zona cuentan que "hay unas 10 o 12 casas a
lo largo de la vía en la que el tren ha descarrilado".
La Cruz Roja canadiense ha enviado suministros y un equipo de ocho
voluntarios para ayudar a las autoridades locales en el centro de
evacuación. "Esta es una medida de precaución ya que la zona donde se ha
producido el descarrilamiento está escasamente poblada", ha afirmado
Bill Lawlor, portavoz de la organización.
Este último descarrilamiento se produce una semana después de otro
suceso en el que se vio involucrado un tren que transportaba petróleo
en Dakota del Norte, Estados Unidos. Estos hechos han reavivado la
presión para imponer una regulación más estricta en el transporte de
este tipo de materiales.