Las
obras realizadas a finales de los años noventa para adecuar el tramo
urbano del cauce del Esgueva impidieron ayer que el río se desbordara,
como sí ocurrió el 19 diciembre de 1997 –en pleno proceso de
canalización–, pese a que el caudal del afluente en ambas crecidas fue
prácticamente idéntico. El río llegó a alcanzar a media tarde de ayer
los 32,54 metros cúbicos por segundo, su segunda mayor marca de los últimos treinta años, solo superada precisamente por la crecida de hace 17 años,
cuando se llegaron a colocar sacos en las riberas a su paso por barrios
como Pilarica, Pajarillos, Batallas, Hospital y La Rondilla y se
suspendieron, incluso, las clases en las facultades del Campus Esgueva.
El agua fluía ayer con normalidad, aunque anegando por
completo los paseos inferiores, por los mismos puntos en los que a punto
estuvo entonces de alcanzar las calles adyacentes. Eso a pesar de que el río multiplicó por cinco su caudal en apenas 48 horas y de que llegó a rozar su pico histórico (el
de 1997) de 35,74 metros cúbicos por segundo antes de que la avenida se
estabilizara, en torno a los 32 metros cúbicos, a media tarde, cuando
el volumen de agua decreció ligeramente.
El barco turístico, inaccesible
El Esgueva, en cualquier caso, aportó durante toda la
jornada festiva de ayer su granito de arena a la crecida del
destinatario de sus aguas, el Pisuerga, y volvió a convertir su
desembocadura en un espectáculo al que se acercaron decenas de vecinos
para fotografiar la fuerza del río en la cascada de la presa situada
entre La Rondilla y Barrio España.
La aportación tanto de este como del resto de afluentes del Pisuerga hicieron que el
principal río de la capital también continuará ayer creciendo hasta
superar los 600 metros cúbicos por segundo y rozar así su nivel de
alerta (619), aunque también sin riesgo de desbordamiento.
Pero las previsiones de que el caudal del río pueda continuar subiendo en los próximos días,
dadas las previsiones de lluvia para hoy de la Agencia Estatal de
Meteorología (Aemet), llevaron a la Policía Municipal a cerrar a primera
hora de la mañana de ayer el paso de vehículos hacia el aparcamiento
disuasorio de Las Moreras por el paseo de Marcelino Martín ‘Catarro’
desde el paseo de Isabel la Católica.
El Pisuerga alcanzaba para entonces los 598 metros cúbicos
por segundo (a las 11:00 horas) y cubría por completo el embarcadero del
barco turístico La Leyenda del Pisuerga, que permanece amarrado desde
hace días, así como las casetas de madera de Los Amigos del Pisuerga,
situadas en el también anegado paseo inferior de la margen izquierda
bajo el puente de Poniente. La fuerza del agua hundió esta vez una de
las barcas de recreo.
El caudal
del río, pese a todo, se mantiene aún alejado del pico de 1.026 metros
cúbicos por segundo que alcanzó en su última avenida del año pasado (el 1 de abril) y más lejos aún de la crecida histórica del 8 de marzo de 2001, cuando marcó su máximo registro histórico, al alcanzar los 2.340 metros cúbicos. El nivel de alarma real de desbordamiento se sitúa en los 935, un registro más propio de primavera.