Las antiguas instalaciones de la mina de Aznalcóllar -las mismas que
la Junta de Andalucía pretende reabrir de forma urgente- no son
absolutamente seguras. Al menos, según Ecologistas en Acción, que este
viernes denunció filtraciones desde las escombreras del yacimiento que explotara, hasta el desastre ecológico de 1998, la multinacional sueca Boliden Apirsa.
De acuerdo con los datos facilitados por los conservacionistas, la
filtración se ha producido en el contraembalse del río Agrio situado
junto a la localidad de Aznalcóllar, al que han llegado aguas contaminadas con metales pesados. Y, como efecto más inmediato, ha derivado en la muerte de peces de forma masiva.
El episodio contaminante, que se detectó recientemente, pone de
manifiesto, a juicio de Ecologistas en Acción, los problemas que aún hoy
presenta las instalaciones mineras, más de quince años después del desastre medioambiental por la rotura de las balsas.
Por si fuera poco, la organización advirtió de los efectos
perjudiciales que tendrá la ampliación del embalse del Agrio anunciada
por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y para la que
se prevé utilizar, precisamente, las escombreras como muro de contención. Todo ello, señalaron los ecologistas, con implicaría un elevado riesgo de nuevas filtraciones tóxicas.