Diez personas han sido hospitalizadas y otras decenas de ellas han acudido a urgencias en Virginia Occidental con síntomas provocados por el contacto con el agua contaminada al verterse en el río Elk un producto químico procedente de una fábrica de tratamiento de carbón.
El vertido ha privado a 300.000 personas de nueve condados del estado de Virginia Occidental de cualquier uso del agua corriente y ha obligado a declarar la emergencia federal para poder enviar ayuda a los afectados.
El gobernador del estado, Earl Ray Tomblin, ha asegurado que «no se sabe exactamente cuándo podrá levantarse la prohibición de usar el agua del grifo», a pesar de que su contenido químico disminuye.
El centro de intoxicaciones del estado
ha recibido ya más de 670 llamadas en relación con el vertido, más de
70 personas han acudido a urgencias y una decena han sido
hospitalizadas.
Tomblin ha vuelto a pedir a los ciudadanos que no utilicen agua corriente
para beber, cocinar, limpiar o bañarse, lo que ha provocado el cierre
de bares, escuelas y restaurantes y ha agotado las existencias de agua
embotellada en algunas tiendas. «Nuestra principal preocupación son los hospitales, las residencias de mayores y los más vulnerables», señaló el gobernador.
El vertido procede de una fábrica propiedad de la empresa Freedom Industries que se encuentra junto al río Elk en la capital del estado, Charleston, y contaminó el agua de la red de suministro de West Virginia American Water Company.
El producto químico filtrado, 4-Metilciclohexano Metanol, puede provocar quemaduras en la garganta y vómitos si se ingiere, mientras que su contacto con la piel o los ojos puede producir irritaciones y problemas respiratorios, según informaron las autoridades sanitarias del estado.
La empresa de suministro de agua, la Oficina de Salud
Pública de Virginia Occidental y el Departamento de Protección Ambiental
han empezado a tomar muestras de las aguas para tratar de detener la filtración. «Este proceso llevará tiempo», anunció el gobernador.
Se calcula que unas 100.000 viviendas y comercios y 300.000 personas de los condados de Boone, Cabell, Clay, Jackson, Kanawha, Lincoln, Logan, Putnam y Roane han resultado afectadas por este vertido.