No ha habido descanso en todo lo que llevamos de invierno. Y no lo va a haber en los próximos días. Las ciclogénesis explosivas que
se encadenaron una tras otra esta pasada Navidad han dado paso a otra
secuencia devastadora de profundas borrascas. Desde que comenzó el
invierno, el Atlántico Norte es una verdadera fábrica de violentos temporales.
Tanto que meteorólogos y miembros de Salvamento Marítimo se sorprenden y
no dudan en confirmar a este diario que no habían visto «nunca» un
invierno así.
Este pasado fin de semana fue «Nadja»
la que, combinando mar de fondo, viento y pleamar, se tragó
literalmente toda la costa norte española y en su embate se llevó a un joven de quince años que montaba en bicicleta con un amigo por el paseo marítimo de Foz,
en Lugo. Los daños materiales se extienden desde La Coruña hasta San
Sebastián, donde vieron llegar las olas hasta el centro del casco viejo
de la ciudad. Y esos solo son los de «Nadja», porque los de «Petra», que ha traído rachas de viento de 150 kilómetros por hora, todavía no se han empezado a recopilar.
Sin interrupción en el tiempo, «Petra» da paso hoy a «Qumaira», una nueva borrasca atlántica próxima a las costas de Galicia que, según informa Ana Casals, portavoz de Aemet, «traerá vientos muy fuertes, con rachas de 130 km/h en
puntos del litoral de Galicia y del Sistema Cantábrico, además de olas
de 7 metros de altura». Su potencia hará que para hoy se mantenga la alerta naranja (riesgo
importante) en todo el litoral norte. Eso sí, además de profunda, esta
nueva ciclogénesis será muy rápida y por ello dejará de afectar a la
Península a primeras horas del viernes. Pero solo para dar paso a otra, «Ruth», que viene con unas isobaras tan prietas que dan miedo.
Francia, Inglaterra e Irlanda
En el resto de Europa, las borrascas también están dejando su herida. En la vecina Francia, toda la Bretaña,
en donde los temporales de la pasada Navidad ya dejó a cerca de 300.000
personas sin luz, está ahora sufriendo la fuerza de «Petra», que con
picos de viento de 150 kilómetros por hora ha dejado a 40.000 hogares
sin electricidad. Pero en el Reino Unido la situación es peor porque no ha dejado de caer agua en las islas británicas desde diciembre, y ya entonces el Met Office
confirmó que no había llovido con tanta intensidad desde hacía más de
dos décadas. La situación es tan delicada por las constantes
inundaciones que Lord Smith of Finsbury,
presidente de la Agencia Medioambiental, ha reconocido que «o se
protege las zonas rurales o las ciudades». Y como muestra del
desbordamiento, ahí están los 44.000 hogares que ayer se quedaban sin
electricidad en el suroeste de Inglaterra y en Gales.
Mientras tanto, en Irlanda, en la ciudad de Cork (la segunda más importante del país), el mar penetró dejó aislado el centro durante varias horas.