Las llamas calcinaron ayer por completo una gran nave de la
firma textil Liwe, ubicada en la carretera RM-414, en la pedanía
murciana de Cobatillas. Miembros del Servicio de Extinción de Incendios y
Salvamento del Ayuntamiento recibieron una llamada sobre las seis y
media de la tarde, alertando de un devastador incendio en dicha nave
industrial. Al lugar, situado en la carretera de Fortuna, se desplazaron
la Policía Local y la Guardia Civil. Por el momento se desconoce el
motivo que originó el fuego, aunque todas las hipótesis están abiertas.
El fuego quedón controlado en torno a las 3 de la
madrugada. «Nos espera una noche muy dura, porque el viento está
dificultando mucho que podamos acabar con el fuego», señalaba ayer uno
de los bomberos.
Ocho dotaciones del parque de bomberos del Infante y dos
del Consorcio de Molina de Segura fueron movilizadas. Aunque estuvieron
toda la tarde lanzando agua desde los camiones para hacer frente al
colosal incendio, no pudieron evitar que la empresa estuviera ya
calcinada por completo a las ocho de la tarde.
Uno de los mayores problemas que le ocasionó este suceso al
cuerpo de bomberos es que cerca de la nave que ardía se encontraba la
fábrica de reciclaje de cartones Elda. «He venido en cuanto me han
avisado y nos han dicho que teníamos que ponernos con nuestras propias
mangueras a echarle agua a todos los cartones, porque el cielo está
lleno de ceniza, hay mucho viento y corremos el riesgo de que todo esto
acabe ardiendo», explicó Salvador Alcaraz, gerente de esta mercantil.
Tanto el gerente de Liwe como algunos miembros de la
familia Pardo, propietaria de la firma, se desplazaron hasta el lugar.
Allí se encontraba también uno de los encargados, que en un momento de
rabia lamentó: «¡Qué hija de puta es la gente». Y es que este trabajador
se mostraba seguro de que el fuego había sido intencionado, «porque no
es normal que esto pase por accidente».
Algunos miembros de Protección Civil llegaron a la nave en
llamas sobre las 21 horas e instalaron un hospital de campaña. «Los
bomberos van a pasar toda la noche trabajando y nosotros vamos a estar
aquí por si necesitan atención médica en cualquier momento. Tenemos un
vehículo de intervención rápida con dos enfermeros y ocho especialistas
en emergencias», señalaron.
Antonio Vidal, gerente de A.V.N., una empresa de
carpintería metálica colindante a la que ardía, no dejaba de andar de un
lado para otro con gesto de preocupación. «Tengo miedo de que arda mi
empresa también. Hay muy pocos cartones, porque sobre todo trabajamos
con hierro, pero estoy empezándome a preocupar».
Aunque los agentes de la Benemérita y de la Policía Local
cortaron la carretera, muchos vecinos de Fortuna fueron a registrar el
sucesos con sus móviles. «He venido a grabarlo para enseñárselo a mis
colegas esta noche», reconoció Antonio Martínez, un chico de 16 años. El
incendio fue tan descomunal que llenó el cielo de humo y cenizas. Los
diez camiones de bomberos que habían acordonado la nave no dejaban de
tirar agua con las mangueras. Por fortuna, nadie había resultado herido.