Tras arrasar el cercado, el tornado penetró en el aeropuerto y paso cerca de uno de los dos Boeing 747-400 aparcados en la planta de estacionamiento de Tarmac. Luego se desvaneció sin causar daños aparentes. Algunas vallas del corral aparecieron, dobladas, apoyadas en la valla perimetral del aeropuerto turolense y Miguel Marcos no descarta que alguna pudiera penetrar en el interior.
Aunque los vendavales son habituales en la extensa llanura donde se ubica el aeropuerto de Teruel, Marcos afirma que nunca había visto un tornado “tan grande” como el del pasado viernes. El ganadero explicó que cuando vio el vendaval se encerró en la cabina de su tractor por “precaución” ante la posibilidad de que alguna de las planchas metálicas del corral saliera disparada hacia él.