Según informó hoy el Servicio Forestal de EE.UU., las llamas del conocido como Rim Fire calcinaron entre la tarde del miércoles y la mañana del jueves 15.000 hectáreas en el Bosque Nacional de Stanislaus en el condado de Tuolumne a pesar de los esfuerzos de los equipos de extinción, en los que trabajan más de 1.300 personas.
Únicamente un 2 por ciento del fuego, cuyas causas se investigan, está controlado, y, si bien no se han producido daños personales, nueve edificaciones han sido destruidas y cerca de 2.500 están amenazadas.
Las autoridades dieron orden de evacuar las poblaciones próximas a las llamas, así como los campamentos de verano en esa área montañosa y boscosa de California.
Se estima que miles de personas han tenido que abandonar sus residencias y que el coste de los daños materiales asciende a 2,8 millones de dólares hasta el momento.
El incendio, uno de los mayores focos de fuego activo en EE.UU., ha obligado ya a cerrar uno de los accesos a Yosemite, aunque el parque sigue abierto a los turistas.
Según el servicio forestal, se prevé que las llamas continúen avanzando durante las próximas 24 horas en dirección norte y este.
Las condiciones del terreno, inaccesible por sus escarpadas pendientes, así como los vientos, en especial las corrientes que se forman por los cañones, complican las tareas de extinción.