El llamado Rim Fire (aro de fuego), que está afectando sobre todo al bosque nacional de Stanislaus, en el oeste de Yosemite, casi duplicó su huella sobre el legendario parque durante la noche, acercándose a las viviendas de miles de personas.
Las llamas han arrasado casi 184.500 acres (unas 75.000 hectáreas) - una zona más grande que la ciudad de Chicago -, lo que le convierte en el mayor incendio en el estado desde octubre de 2007 y en el sexto mayor en la historia del estado, según los registros de la web gubernamental Cal Fire.
Las autoridades dijeron que cenizas han caído en la superficie del embalse Hetch Hetchy, que suministra agua a San Francisco, a unos 320 km al oeste, aunque según las muestras el nivel de calidad del agua permanece satisfactorio.
Después de varios días de aproximación al embalse, el fuego llegó finalmente a las orillas del lago artificial, dijeron las autoridades. La Comisión de Servicios Públicos dijo en un comunicado que hay "poco peligro de impactos directos" en el embalse ante el carácter rocoso del terreno y la falta de arbustos en los alrededores.
Si el agua quedara ensuciada por demasiada ceniza y hollín y requiriera ser filtrada, puede ser desviada a una planta de tratamiento cerca de San Francisco antes de ser distribuida a los usuarios, dijeron responsables de la comisión.
Se espera que el incendio obligue a cerrar la segunda de las cuatro rutas de acceso al que es uno de los principales destinos turísticos del país, con unos cuatro millones de visitantes al año. Los bomberos tomarán la medida para permitir la creación de cortafuegos a lo largo de la carretera antes de la llegada de las llamas, explicó el portavoz de Yosemite Tom Mederna.
"Eso limitará el acceso a los visitantes en el lado este del parque, muy posiblemente durante el fin de semana del día del Trabajo, lo que tendrá un impacto económico significativo en la zona y será una inconveniencia para los visitantes", agregó.
Unos 4.100 bomberos y personal de emergencias, apoyados por buldóceres y helicópteros cisterna, seguían trabajando en su intento de rodear y contener las llamas. A última hora del lunes había cortafuegos alrededor del 20 por ciento del perímetro del fuego, casi el triple de lo que había la víspera.
El incendio de Yosemite es uno de los que más rápido se está desplazando de las decenas de fuegos que hay ahora en el oeste del país, azotado por la sequía, aunque se espera un alivio de las condiciones meteorológicas para el fin de semana.
Los bomberos estaban abriéndose paso en un terreno boscoso, con arbustos secos, para despejar una zona escabrosa y mejorar las áreas de protección en torno a unas 4.500 viviendas que están en peligro en el frente noroccidental, dijo Berlant.
El Rim Fire, llamado así por un puesto de vigilancia en el Bosque Nacional Stanislaus llamado Borde del Mundo, ha dañado ya dos de las tres centrales hidroeléctricas vinculadas a la reserva Hetch Hetchy que proveen electricidad a todos los servicios públicos de San Francisco, como hospitales y parques de bomberos. Las autoridades están usando energía de reserva y han comprado electricidad adicional.
Las causas del incendio, que comenzó el 17 de agosto, se están investigando.