Tres aeronaves españolas reforzarán hoy el dispositivo de combate del
incendio de mayores dimensiones de Portugal, contra el que luchan cerca
de 800 bomberos en la Sierra de Caramulo, informaron a Efe fuentes de
Protección Civil.
Las autoridades portuguesas esperan recibir a lo largo del día el
apoyo de tres aviones anfibios "Canadair" que quedarán estacionados en
una base en Monte Real (Leiria, centro) para apoyar a los medios
portugueses en el terreno.
Portugal realizó ayer la petición a España -con la que existe un
acuerdo de cooperación en materia de incendios- ante la intensidad y
rápida propagación del fuego que arde desde el miércoles en una zona
boscosa del municipio de Tondela (Viseu, norte).
El incendio se multiplicó en cuatro frentes esta madrugada después de
que dos de los tres que avanzaban durante el día de ayer hubieran sido
dominados.
Las casi 800 bomberos en el terreno están apoyados por más 200
vehículos y otros tres medios aéreos, dos de ellos enviados por Francia,
con la que Portugal también cuenta un acuerdo de cooperación.
Las altas temperaturas, la baja humedad y los fuertes vientos
avivaron ayer las llamas y obligaron a redoblar las fuerzas sobre el
terreno y evacuar varias aldeas.
Además de las condiciones meteorológicas, la difícil orografía de la
zona, la densidad de la masa forestal y las viviendas y aldeas dispersas
en la sierra han complicado las tareas de extinción, explicaron desde
Protección Civil.
"Los medios se han reforzado para asegurar la protección de las
poblaciones dispersas en el terreno", precisó a Efe Jorge Dias, portavoz
del organismo.
En el resto del país, otros seis incendios importantes se mantenían
en activo a las 9:30 horas GMT y en total 1.500 bomberos, 400 vehículos y
una decena de medios aéreos luchaban contra las llamas.
Los distritos de Viseu, Castelo Branco y Vila Real -distritos del
norte del país y con mayor zona forestal- han sido los más castigados
por los fuegos en las últimas dos semanas.
La dura oleada de incendios causó la muerte ayer de una bombera, en
otro incendio en el mismo municipio de la Sierra Caramulo, donde otros
dos compañeros del cuerpo fallecieron en las últimas semanas por otro
fuego de grandes dimensiones.
En total cinco bomberos han muerto este verano, tres de ellos jóvenes
voluntarias, y varias decenas han resultado heridos en las labores de
extinción.
El presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, emitió ayer un
mensaje de condolencias por los recientes fallecimientos y alertó de que
los mismos "no se pueden convertir en una realidad habitual".