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miércoles, 8 de abril de 2015

PERSISTE INCENDIO EN FABRICA QUIMICA DE CHINA

Parte de la planta química del este de China que sufrió una explosión e incendio el pasado lunes sigue en llamas esta mañana, después de que los bomberos dieran ya por extinguidos dos incendios, confirma hoy la agencia oficial Xinhua.
La planta, "Dragon Aromatics" en la ciudad de Zhangzhou (provincia oriental de Fujian), sufrió una explosión al parecer, por un derrame de petróleo en una instalación de xileno, según las primeras investigaciones.
El lunes se desató un nuevo incendio de grandes proporciones que los bomberos no consiguieron dar por extinguido hasta 21 horas después, si bien al poco tiempo volvieron a resurgir las llamas, de unos cien metros de altura.
Un equipo de 600 bomberos consiguió apagar este segundo incendio en la noche del martes al miércoles, pero el fuego volvió a resurgir de madrugada.
Según explica Xinhua, algunos residuos que se encontraban en uno de los tanques de almacenamiento de petróleo de la planta se prendieron al entrar en contacto con el aire.
Más de 170 camiones de bomberos se han desplazado al lugar para poner fin al accidente, que ha avivado los temores sobre la seguridad pública y las consecuencias medioambientales de proyectos petroquímicos.
Al menos seis personas han sido hospitalizadas por heridas sufridas por la explosión, según datos oficiales, mientras medios independientes señalan que otras 13 sufrieron heridas menores.
Los residentes cercanos a la planta fueron traslados a 18 kilómetros del lugar de la explosión, según señalaron medios locales.
Tras la explosión el domingo y después de numerosas horas sin que se extinguiera el primer incendio, las autoridades decretaron una alerta química en la zona el martes.
Expertos trasladados al lugar aseguraron ayer que no hay rastro de fugas químicas en las localidades cercanas a la planta, si bien desde Greenpeace señalaron que habría que esperar seis meses para determinar si existe algún tipo de contaminación medioambiental, como la polución de las aguas subterráneas.
Según precisó Ma Tianjie, director de programas de Greenpeace Pekín al diario South China Morning Post, "los proyectos petroquímicos en China son generalmente muy grandes, así que un accidente puede provocar daños muy graves".
Se trata del segundo suceso que ocurre en este planta, después de que en julio de 2013 sufriera una explosión, no obstante, sin víctimas ni fugas químicas.
Las instalaciones son propiedad del grupo petroquímico taiwanés Xianglu, un importante productor de paraxileno.
El paraxileno -un producto químico utilizado en la fabricación de ropa de poliéster y botellas de plástico- es peligroso si se inhala o se absorbe por la piel, y puede dañar los órganos abdominales y el sistema nervioso.
En un principio, la fábrica iba a ser construida en la ciudad costera de Xiamen, también situada en la misma provincia, pero la compañía decidió cambiar su localización tras una multitudinaria protesta en 2007.