El fuego, cuya causa investigan los bomberos, se originó de
madrugada en una entreplanta de la vieja discoteca provocando enormes
columnas de humo.
Torrelavega. Un incendio originado la madrugada del miércoles al
jueves en la antigua discoteca Royal Palace provocó la alarma de los
vecinos que viven en la zona y que afecta a las cuatro calles que rodean
el patio interior en el que se encuentra el inmueble siniestro. Estas
son José Posada Herrera, Lasaga Larreta, Hermilio Alcalde del Río y José
María Pereda, cuyos vecinos fueron alertados la noche del pasado
miércoles por la presencia de una gran humareda, sobre todo aquellos
cuyas viviendas colindan con la vieja discoteca, que una vez más, ahora
por la presencia de fuego sufrieron un nuevo susto.
El fuego, cuyas causas investigan los bomberos, se produjo alrededor
de las una y media de la madrugada, desplazándose hasta el lugar cuatro
dotaciones del Parque de Bomberos, además de la Policía Local. Aunque la
antigua discoteca está cerrada desde hace años, según las primeras
pesquisas una persona forzó la puerta de entrada, originándose el fuego
en una de las entreplantas del inmueble.
La intensa humareda, además de provocar la alarma entre los vecinos que
salieron de sus casas para ver lo ocurrido, provocó que los bomberos
tuvieran que trabajar por turnos, ya que cada cierto tiempo debían de
salir para tomar oxígeno de las bombonas auxiliares. Las intensas
columnas de humo complicaron las labores de extinción del incendio, que
una vez localizado el origen del fuego, fueron más diligentes y más
cómodas para los bomberos. Una vez sofocado el fuego, dos unidades del
Parque de Bomberos hicieron guardia en el lugar para comprobar que el
incendio estaba controlado y que no había nuevos focos de calor en el
interior de la antigua discoteca.
Una noche movida para los cerca de 600 vecinos que viven en los números
de las calles José Posada Herrera, Lasaga Larreta, Hermilio Alcalde del
Río y José María Pereda y que más que por el fuego se vieron
sorprendidos por las intensas columnas de humo. La vieja sala de fiestas
tiene la entrada desde la calle Posada Herrera y una vez que se accede
la discoteca ubicada en los bajos del edificio da a un patio interior,
cuyas casas fueron las más afectadas por el incendio. El suceso es un
nuevo episodio en la vida de un local marcado por la polémica. De 1.630
metros cuadrados de superficie y cerrado desde 2004, fue alquilado a un
empresario en 2011 para abrir en él un almacén de venta, tipo bazar. El
inquilino exigía al dueño de la antigua discoteca la impermeabilización
de todo el techado, para lo cual hizo entrega al propietario de 40.000
euros en metálico; además, pagó 5.742 en concepto de una renta mensual
por adelantado y otros 11.600 euros de fianza por dos meses.
Transcurridos cinco años desde que se firmó el contrato, el negocio no
pudo abrirse, por lo que el representante legal del empresario llevó el
caso a los tribunales, que han fallado a su favor, imponiendo las costas
al arrendador.
La discoteca fue inaugurada en el año 1986 y quedó clausurada tras 18
años de actividad, al ejecutarse una providencia judicial que disponía
el desahucio del arrendatario de la sala, la sociedad Calapea, S. L., y
la recuperación del local por su propietario. Con el cierre de la Royal
Palace, se cumplió una antigua aspiración de todos los vecinos del
entorno de Cuatro Caminos, que soportaron durante años frecuentes
incidentes y ruidos en el entorno de la sala, derivados de 'la movida'
juvenil.
La discoteca fue, en los primeros años, un referente en la 'movida'
de ocio en Cantabria. Sin embargo su actividad fue degenerando y se
sucedieron los incidentes.