«Esto lo conoce como la palma de la mano», decía ayer entre lágrimas Katy, la mujer del santanderino de 45 años, R. C. G., que desapareció a primera hora de la tarde cuando pescaba percebes en los acantilados de Cueto (Santander), cerca del Puente del Diablo. Los servicios de emergencias están realizando la búsqueda por tierra, mar y aire, pero, hasta el momento, ha resultado infructuosa.
Se trata de un pescador experimentado, padre de cuatro hijos, que reside con su actual pareja en la localidad alavesa de Llodio. Desde allí viajó en coche a Cueto su mujer nada más enterarse de la noticia, para unirse, junto a otros familiares y amigos, a un dispositivo de búsqueda entorpecido por la costa quebrada y el fuerte viento del nordeste. «Venía con él habitualmente», se lamentaba Katy, mientras recibía explicaciones sobre lo ocurrido y abrazos de apoyo.
La voz de alarma la dio sobre la una y media de la tarde Vicente García, el amigo con el que el desaparecido acudió a la zona, coincidiendo con la bajamar: «Yo estaba arriba y él empezó a pedir auxilio cuando estaba ya en el agua, a unos 30 metros de la orilla. A los dos minutos, después de que llamase a la Policía, ya lo vi flotando boca abajo». Vicente, muy afectado, dijo que el suceso se pudo producir por un «golpe de mar» y que son amigos «desde niños».
Las labores de búsqueda se fueron desplazando en la dirección del viento según avanzaban las horas, llegando hasta el ‘Panteón del Inglés’ a media tarde. Mientras, decenas de familiares, amigos, curiosos y paseantes seguían las evoluciones del dispositivo desde la senda que recorre los acantilados.
Amplio dispositivo
En las labores de búsqueda, que se reanudarán a primera hora de la
mañana de hoy, martes, están participando los helicópteros del Gobierno
de Cantabria y Salvamento Marítimo, las patrulleras de la Guardia Civil y
Salvamento Marítimo, y agentes de la Policía Local, Guardia Civil y
Cuerpo Nacional de Policía. Estos últimos llegan por tierra en sus
vehículos hasta los acantilados gracias a la estrecha carretera que
termina detrás de la tribuna del campo de fútbol, junto al Centro
Meteorológico y el antiguo campo de tiro.