Varios testigos dicen haber visto un coche igual con tres ocupantes más
que hace pensar que hubo otras personas implicadas. La Guardia Civil
inspecciona la zona desde primera hora con perros adiestrados.
Carlos Ordóñez Burés fue visto por última vez en la
madrugada de ayer de fiesta en Rianxo. Lo siguiente que se supo de este
joven de 19 años, vecino del lugar de Miráns, en Araño, fue que había
sufrido un accidente de tráfico en su parroquia natal en la misma noche y
que abandonó la zona por su propio pie. Desde primera hora de hoy la
Guardia Civil inspecciona la zona con perros adistrados para intentar
encontrar alguna pista que facilite su localización.
Los rumores que fueron surgiendo a lo largo del día
de ayer alimentaron todavía más la confusión que ya existía sobre el
paradero del joven. Varios testigos afirmaron haber visto un coche como
el suyo, durante la misma madrugada, en el que viajarían tres personas
más que acompañaban al rianxeiro, lo que en un principio se dio por
válido y que a medida que avanzaba el día se fue descartando. Lo que sí
está confirmado es que el vehículo de la marca Kia se salió de la
calzada en línea recta para dar una vuelta de campana y acabar a unos 30
metros del vial.
Secuelas del siniestro
También se constató que en el perímetro del turismo
había manchas de sangre, y que la persona o personas que viajaban en el
coche regresaron caminando a la carretera, en donde se supone que
solicitaron ayuda o que continuaron andando hasta que alguien los
socorrió. La Guardia Civil, por ahora, no confirma que los desaparecidos
sean cuatro, ya que no existen más denuncias que la presentada por la
familia de Ordóñez.
El operativo de búsqueda de ayer viernes, que
presenciaron numerosos vecinos hasta que se hizo de noche, contó con la
ayuda de un grupo de aficionados a las motos, y que conocen al
desaparecido, que recorrieron la zona sin éxito. Uno de los comentarios
que había ayer indicaba que Ordóñez pudo ser socorrido por algún amigo y
que permanecía escondido.