De inmediato, comenzaron a sucederse las explosiones,
en principio, de bombonas de butano, pero también de vehículos que
estaban estacionados. Al cierre de esta edición se estimaba que cuatro o
cinco coches y un camión cisterna habían sufrido daños por las llamas,
si bien estos datos no se confirmarán hasta que se considere extinguido
el incendio.
Nada más tener conocimiento de lo ocurrido se activó
el protocolo de emergencias. Dada la voracidad del fuego y el riesgo de
una deflagración que pudiese poner en riesgo la integridad de los
vecinos, se estableció un perímetro de seguridad de cuatrocientos metros
en torno a la gasolinera y se optó por desalojar dos casas -una tercera
está deshabitada-, lo que conllevó la evacuación de once personas.
Paralelamente, patrullas de la Policía Local,
Nacional y de la Guardia Civil establecieron diversos controles a lo
largo de la carretera vieja de Marín, la PO-546, para cortarla y, de
este modo, restringir el tránsito de vehículos y desviarlos por la
autovía, que se vio colapsada ante la intensidad de la circulación.
Simultáneamente, desde el Concello de Pontevedra se
pusieron en contacto con la Brilat y con algún albergue privado por si
fuera preciso ampliar la zona de seguridad y más personas tuvieran que
ser evacuadas, explicó Carme da Silva. La concejala de Seguridade Cidadá
señaló que estaba previsto que si alguna persona no pudiera regresar a
su vivienda o no pudiese ir al domicilio de un familiar se le buscaría
alojamiento. «Os veciños están tendo un comportamento
absolutamente extraordinario, colaborando en todo momento coas
indicacións que se lles dan por parte dos servizos de emerxencias», añadió Da Silva, quien confirmó que solo se habían producido daños materiales.
Labores complicadas
Los servicios de emergencia de Pontevedra contaron
con la colaboración de diversas agrupaciones de Protección Civil de la
comarca, la Policía Local de Marín y los bomberos de O Morrazo. Al
cierre de esta edición, el fuego se consideraba controlado. De hecho,
estaba previsto que a lo largo de la noche se restableciese el paso de
vehículos por la carretera vieja que une Pontevedra con Marín. Las
labores de extinción fueron especialmente complicadas debido al material
de que se trataba, la fuerte humareda que se generó en toda la zona,
los materiales del entorno de la gasolinera y al fuerte viento que, por
momentos, se registró avivando las llamas.