El fiscal de Marsella, encargado del caso del accidente del
avión de Germanwings, ha indicado que la interpretación de la actuación del
copiloto, Andreas Lubitz, que se negó a abrir la puerta de la cabina al piloto
una vez que salió, indica que tenía la "intención de destruir el
avión".
El fiscal ha explicado que en los últimos minutos antes de
que el avión chocara contra el suelo se escucha al copiloto "respirar con
normalidad", lo que indica que seguía vivo y "a priori" no
sufriría ningún problema.
Pese a los reiterados golpes del piloto desde fuera,
"no se escucha absolutamente nada" en el interior de la cabina, al
margen de la respiración, "durante los diez últimos minutos".
"Había silencio total", ha subrayado.
El fiscal ha considerado que el copiloto accionó de forma
intencionada el descenso del aparato.
LOS DOS PILOTOS ERAN ALEMANES
Los dos pilotos del
avión de Germanwings que se estrelló el martes con 150 personas a bordo eran de
nacionalidad alemana, según ha revelado este jueves el fiscal de Marsella,
Brice Robin, que ha dicho desconocer su "origen étnico" o su
religión.
El copiloto, Andreas Lubitz, tenía la "intención de destruir el avión", según el fiscal
El copiloto, Andreas Lubitz, tenía la "intención de destruir el avión", según el fiscal
Asimismo, ha precisado que el copiloto, al que ha
responsabilizado de haber destruido "intencionadamente" el aparato al
no permitir que el piloto entrara en la cabina y haber accionado el descenso,
no figuraba en la lista de terroristas buscados.
Aunque el fiscal no ha querido revelar las identidades de
los dos pilotos, el diario 'Bild' ha informado este jueves de que se trata de
Patrick S., un padre de dos hijos que volaba desde hace unos diez años con
Lufthansa y Germanwings, y Andreas L., residente en Montabaur, en
Renania-Palatinado y que se formó como piloto en Bremen.