La investigación apunta a un cigarrillo
encendido como la causa del fuego que acabó con la vida de D. A. F.
cuando se encontraba en la cama.
Una mujer de 77 años, D. A. F., falleció ayer por la noche tras
declararse un incendio en la vivienda donde residía, ubicada en la calle
Jardines de García Lorca, número 1, de Mieres, en las inmediaciones del
polideportivo de Oñón. Los primeros indicios apuntaron a un cigarrillo
encendido como causa del fuego.
El servicio de coordinación de
emergencias del 112-Asturias recibió la llamada de alerta alrededor de
las nueve de la noche. En el aviso señalaban que estaba saliendo humo de
una vivienda ubicada en un tercer piso de la citada calle. De
inmediato, se movilizó a los bomberos del Servicio de Emergencias del
Principado de Asturias de los parques de Mieres y La Morgal que se
trasladaron con un vehículo de mando, otro de primera salida, una
autoescalera, un vehículo nodriza y una autobomba forestal. En total, se
movilizaron ocho efectivos, además del Jefe de Bomberos de la Zona
Centro. Asimismo, se dio aviso tanto a la Policía Local de Mieres como a
la Nacional para que acudiesen hasta el lugar en el que se había
producido el incendio.
Una vez en la vivienda, los bomberos
tuvieron que entrar en la estancia con equipos de respiración asistida,
la cámara de imágenes térmicas y mangueras, por la intensidad del humo.
Tras recorrer los distintos rincones del piso, finalmente localizaron el
incendio en la habitación donde también hallaron el cuerpo de la mujer,
que estaba calcinado sobre la cama. Más tarde entrarían en el domicilio
los técnicos del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU), quienes
sólo pudieron certificar la muerte de la mujer. Por último, accedieron a
la vivienda varios agentes de la policía científica, así como la juez,
para iniciar la investigación sobre las posibles causas del incendio.
Los primeros indicios de la investigación apuntan a un cigarrillo
encendido como principal causa del fuego. Una hipótesis que concuerda
con las afirmaciones de algunos vecinos, quienes aseguraban que la
fallecida era fumadora y que, además, solía hacerlo en su habitación. La
mujer vivía sola y había sido operada de la cadera recientemente, por
lo que tenía la movilidad reducida. Aún así, contaba con un asistente
que la atendía en su casa, pero no estaba cuando se produjo el fuego.