Según los últimos datos pluviométricos, la Comunitat ha recibido en sólo un semana la mitad de la lluvia caída desde que comenzó el año. En el caso de Castellón, las mediciones proclaman ya a este mes de marzo como el más lluvioso desde que hay registros.
El agua comenzó a caer a raudales el domingo y ayer prácticamente no cesó. Municipios como Benassal han acumulado 170 litros por metro cuadrado en 24 horas y las lluvias también fueron muy persistentes en Castellón, Vila-real, Onda o l'Alcora. Decenas de casas aparecieron inundadas y algunas calles de estas localidades se convirtieron en ríos. Al mismo tiempo, los caudales del Mijares, el Palancia o el Senia comenzaron a crecer y, a última hora de la tarde, ya se producían algunos desbordamientos puntuales en ramblas, barrancos y zonas próximas a las desembocaduras.
Siete personas tuvieron que ser rescatadas al quedar atrapadas dentro de sus coches en l'Alcora, Vila-real, Burriana, Benicàssim y Onda. En el primero de los municipios, los bomberos salvaron a dos personas y un perro después de que el agua se colara con descaro en su vivienda hasta formar una inundación de un metro de altura. La mayoría de achiques en bajos y aparcamientos se produjeron en Castellón y Benicàssim.
Las primeras horas del día también fueron de máxima tensión en la provincia de Valencia. Las intensas lluvias inundaron casas y granjas en Rafelbunyol, la Pobla de Farnals, el Puig, Sagunto, Torres Torres y Xirivella. Desde las cinco de la madrugada, los bomberos salieron al rescate de personas atrapadas en sus coches. En Massamagrell, en la carretera de La Magdalena, hubo que sacar a dos jóvenes de unos 30 años del interior de sus vehículos. En la misma situación angustiosa se vio una mujer y sus dos hijos adolescentes. Otro salvamento similar se produjo junto al polideportivo de Sagunto.
Tensión en Sagunto
Ya por la tarde, la tensión se trasladó al río Palancia a su paso por Camp de Morvedre. En Sagunto, su engrosado caudal se desbordó y engulló a una decena de coches que estaban aparcados en una rambla lateral, sin llegar el agua a las viviendas próximas pero con la fuerza suficiente como para arrastrar los vehículos ante la mirada desesperada de sus propietarios. En el delta del Palancia, justo en la desembocadura, el gigantesco torrente de agua aisló a cinco vecinos en casas de campo próximas a la playa de Puerto de Sagunto. Además de los bomberos, un helicóptero de la Generalitat fue activado para poner a salvo a estos vecinos. Las víctimas fueron trasladadas a la zona urbana del municipio.
El peligro también llegó a Benassal sobre las cinco de la tarde. Un coche con dos ocupantes se salió de la carretera y acabó al borde de un río a punto de volcar. Los bomberos evitaron la tragedia y las víctimas fueron evacuadas a un centro de salud con síntomas de hipotermia.
Ya por la tarde, fueron desalojadas unas 60 personas de la zona de Sant Gregori, en Burriana. Para ellos, la amenaza era el desbordamiento de acequias y el fuerte caudal de agua de los barrancos próximos. El agua llegó a anegar algunos bajos y accesos por carretera y los equipos de emergencias optaron por llevar a los residentes a un albergue habilitado por Cruz Roja para pasar la noche.
Pero la mayor preocupación estaba, a última hora, en la Pobla de Benifassà, en el interior norte de Castellón. Una mujer cayó al río Senia cuando paseaba junto a su hermana en la zona del Molí de l'Abat. Sus familiares no lograron retenerla y fue arrastrada por la violenta corriente. Un equipo de rescate acuático y tres dotaciones de bomberos se movilizaron en la búsqueda de la víctima.
Las fuertes lluvias también causaron problemas en los colegios. Los alumnos de Infantil del CEIP Gregal de Castellón se quedaron en sus casas al detectarse goteras en las aulas. El agua también se adueñó del patio y los pasillos del colegio público Emilio Lluch de Náquera y la dirección del centro aconsejó a los padres que los alumnos no acudieran.
Algo más de una decena de carreteras quedaron cortadas por riadas, rocas o árboles caídos, entre ellas la AP-7. También Metrovalencia interrumpió el tráfico ferroviario por la mañana entre Empalme y Bétera. En Dénia, un autobús de línea regular se salió de la vía. El embalse de María Cristina acabó a rebosar y, según Emergencias, fue preciso activar su aliviadero para que no acabará desbordado.