Recuerdan
que la «posición natural» de España es el uso horario de Greenwich, y
no el de Berlín, para «estar en armonía con la luz solar»
El presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (Arhoe), José Luis Casero, ha pedido al Gobierno no adelantar los relojes este domingo para estar en el huso horario de Greenwich y recuperar la «posición natural», al abandonar el actual huso de Berlín, que se adoptó como medida provisional en 1942.
La madrugada del 29 de marzo comenzará oficialmente el horario de verano,
cuando a las 02.00 horas habrá que adelantar el reloj una hora y serán
las 03.00 horas. Sin embargo, Casero insiste en la importancia de no
efectuar este cambio para «estar en armonía con la luz solar». «Se trata
de una antigua reivindicación --reconoce-- y, de este modo, en octubre,
cuando se cambie de nuevo la hora, se volvería a la posición correcta».
«Podemos ponernos una piedra en el zapato y acostumbrarnos a
andar con ella pero no hay necesidad. ¿A quién nos queremos parecer: a
los países desarrollados o a los que están en desarrollo? ¿Queremos estar abiertos las 24 horas o queremos trabajar, tener vida y descansar?», se pregunta.
Según estimaciones del Instituto de Diversificación para el Ahorro Energético (IDEA), este cambio supone un ahorro potencial estimado de energía que podría alcanzar el 5 por ciento. Pero en palabras de Casero, «en la práctica ese ahorro energético no es significativo, puesto que las jornadas de trabajo siguen siendo maratonianas y se sale de trabajar a horas intempestivas, practicando más la cultura de la presencia que la de la eficiencia y menoscabando no solo la justa conciliación de la vida personal, familiar y laboral de las personas, sino también perdiendo eficacia y productividad en las empresas».
Según estimaciones del Instituto de Diversificación para el Ahorro Energético (IDEA), este cambio supone un ahorro potencial estimado de energía que podría alcanzar el 5 por ciento. Pero en palabras de Casero, «en la práctica ese ahorro energético no es significativo, puesto que las jornadas de trabajo siguen siendo maratonianas y se sale de trabajar a horas intempestivas, practicando más la cultura de la presencia que la de la eficiencia y menoscabando no solo la justa conciliación de la vida personal, familiar y laboral de las personas, sino también perdiendo eficacia y productividad en las empresas».
Como afirma el presidente de Arhoe, «un ordenador encendido
a deshora no consume sólo energía, también consume vida» por lo que
alerta de las consecuencias de jornadas laborales que exceden las horas
estipuladas. «Hay que dar valor a cosas, porque a los políticos y a los
grupos empresariales se les llena la boca con aspectos como
competitividad, eficiencia e innovación pero no le dan una dimensión
práctica real. Alguien que no descansa no puede ser innovador; ser competitivo no es echar más horas, sino ser eficiente», defiende.
Aunque reconoce que es «imposible» generalizar un horario
de oficina para todos los segmentos de la población ni todos los
sectores, como el del comercio o el sanitario, «hay un gran núcleo de la
población que podría tener» un horario más racional, un tema «complejo»
para el que se requiere «organizar los intereses».
Por ello, entre otras reivindicaciones, insiste en la importancia de
tener en cuenta las propuestas del informe elaborado en la Comisión de
Igualdad de la Cámara Baja en el que se instaba a volver a adoptar el horario británico o adelantar a antes de las 23.00 horas el horario del «prime time» en televisión, así como desarrollar medidas para facilitar la conciliación familiar.