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martes, 17 de febrero de 2015

EL EBRO SE DESBORDA Y VUELVE A ENCENDER LA ALARMA EN MIRANDA DE EBRO


Los mirandeses siguen sin quitar el ojo del Ebro. El río volvió a sembrar el pánico en la localidad, sobre todo entre aquellos que viven o tienen su negocio cerca del cauce y que todavía no se han repuesto de la riada que hace dos semanas se llevó todo por delante. Temían que volvieran a repetirse las mismas imágenes y la misma sensación de rabia e impotencia al perderlo todo. Pero esta vez el Ebro se contuvo, enseñó sus dientes aunque no mordió, anegando únicamente las zonas más próximas al río, como son las riberas o el paseo de La Arboleda y se quedó al límite en otras, como las calles Álava y Bilbao.
El deshielo en toda la cabecera del río unido a unas precipitaciones moderadas provocaron un repunte en el caudal, que fue aumentando progresivamente durante la jornada, hasta los 676,2 metros cúbicos por segundo  y una altura de 4,77 metros que se alcanzaron a las 19 horas. Esta vez las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) fueron más atinadas, y ya desde por la mañana el organismo ponía sobreaviso a Protección Civil y al Ayuntamiento, alertando de una «avenida extraordinaria» que podía alcanzar entre «700 y 800 metros cúbicos por segundo». 
Ante esta previsión, la Policía Local contactó con los vecinos y comercios de las zonas más cercanas al río. Se avisó a los bloques del cruce entre Ronda del Ferrocarril y la calle Arenal, en Independencia (en la zona de La Higuera), en La Arboleda, así como en las calles Álava y Bilbao, donde incluso se llegó a cortar la circulación. También, por precaución, se prohibió el aparcamento en la zona, la misma que dos semanas atrás se convirtió en una auténtica piscina que cubrió de agua varios vehículos. 
A todos los vecinos se les recomendó que sacaran sus coches de los garajes y que tomaran precauciones en los portales y bajos. Esta vez a nadie le pilló desprevenido, aunque muchos temían que el agua les volviera a dejar sin suministro eléctrico. En este sentido, el Ayuntamiento habló con Iberdrola para que controlara los centros de transformación.
Las miradas de preocupación en torno al río aumentaban a medida que pasaba la jornada y el agua iba cerrando los ojos de los puentes. A esto se sumaron las precipitaciones que cayeron por la tarde, que no hicieron sino aumentar el nerviosismo. Hora a hora el agua iba ganando centímetros, aunque afortunadamente a partir de las 20 horas el nivel comenzó a bajar. Algunos se fueron a casa más tranquilos; otros, sobre todo los vecinos de la zona o los que tienen por allí una lonja retrasaron la hora de irse a la cama hasta comprobar que, en efecto, el río cedía.  
Esta vez, sin tapón.
También los afluentes del Ebro sufrieron un repunte importante, aunque sin consecuencias. «Esta vez creemos que no va a haber ningún tapón con el Bayas y el Zadorra porque los ríos vienen más bajos», señalaba el concejal de Seguridad Ciudadana, Joaquín Muñoz. El Bayas superó los 3 metros de altura (llegó a los 3,06 aunque durante la jornada bajó por debajo de los 2.20) mientras que el Zadorra registró un pico de 2,78 metros, lo que puso en alerta a los vecinos de El Lago, que también sacaron sus coches de los garajes ante la posibilidad de que el agua volviera a entrar en sus casas. Sin embargo, tanto la altura como el caudal fueron también cediendo con el paso de la jornada. 
La situación sigue siendo de alerta. Según la CHE, las precipitaciones de esta pasada madrugada junto a la fusión de la nieve todavía existente puede conllevar nuevos repuntes de caudal para hoy, «aunque todavía no se puede saber si superiores o no» a los que se vivieron ayer. El Ayuntamiento mantuvo activo el operativo durante la noche, e informó de que el agua es potable y se puede consumir con normalidad.  
Pancorbo, más tranquilo.
En Pancorbo, ayer la situación estuvo más controlada tras el desbordamiento, el pasado sábado por la noche, del río Oroncillo. El agua se llevó parte del puente ubicado cerca del camping y causó daños y enormes balsas de agua en la N-232, en el punto donde enlaza con la Nacional I. La carretera ayer estuvo abierta al tráfico, aunque la DGT recomendaba precaución ya que la circulación era complicada debido a algunas balsas de agua. 

La oficina de Viranda canalizará todas las demandas
El acto público que el Ayuntamiento había organizado para ayer por la tarde con el fin de explicar las ayudas a las que podían recurrir los afectados por la anterior riada tuvo que ser suspendido a última hora, lo que generó cierto desconcierto entre los que sí se acercaron a la Casa de Cultura. Pero la actualidad mandaba, y ayer la noticia estaba de nuevo en el río. 
La reunión se pospone, aunque el Ayuntamiento ha decidido habilitar la oficina de Viranda, en la plaza de Santa María, para que todos los mirandeses que han sufrido daños a causa de la crecida puedan canalizar allí sus demandas, obteniendo información sobre las posibles ayudas a las que pueden acogerse. Una decisión que satisface a la plataforma de afectados por la riada, que por la mañana mantuvo su primer encuentro con el alcalde. «Aunque llegue 16 días después y se haya perdido tiempo, es una buena noticia. Eso era lo que nosotros pedíamos», señalaban al término de la reunión. El colectivo, por su parte, seguirá trabajando «haciendo un seguimiento para que esto no se olvide»
En la reunión se planteó además el caso de varias familias en paro a las que se les ha indundado su vivienda, por lo que no disponen de medios para alquilar otra casa hasta que puedan volver a entrar. Son casos dramáticos que han sido derivados a Bienestar Social para buscar una solución. «Su única vivienda no está habitable y con el agua que ha entrado hoy (por ayer) se les ha vuelto a inundar al reventarse las arquetas; el agua entra por los desagües».