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SERVICIO DE INFORMACION RADIO EMERGENCIA

martes, 24 de febrero de 2015

VIENTOS DE 96 K/H Y OLAS DE 7 METROS EN CANTABRIA

Las primeras horas del temporal –en alerta naranja hasta las nueve de la mañana de hoy, cuando ha pasado a roja- ha dejado vientos de 96 kilómetros por hora en Santander y 84 en San Vicente de la Barquera, olas de 7 metros, frío intenso en el interior de la región, tormentas durante toda la noche... Se temía que el oleaje causara algunos daños en el litoral pero, de momento, los destrozos han venido de la mano del vendaval nocturno.
La madrugada ha dejado algunas incidencias siginificativas en Santander a causa de las fuertes rachas, que han llegado a romper el mástil de la gran bandera de España del parque de Las Llamas. Los bomberos recibieron el aviso a las 3.15 horas y cuando llegaron al parque comprobaron que el mástil de la bandera nacional se había doblado y estaba "roto" en el suelo.
El viento también ha afectado a la fachada del Instituto de Hidráulica Ambiental (IH), ubicado en el Parque Científico y Tecnológico de Cantabria (PCTCAN). En este caso, los bomberos acudieron al IH a las ocho de la mañana, al ser avisados porque se "movían las chapas" que recubren el IH, actualmente en reparación, y las han asegurado, si bien no han podido precisar si ha caído alguna al suelo.
 Por otra parte, a las 2.20 horas de esta madrugada un turismo se ha precipitado por un terraplén de la autovía S-20, entre el Palacio de Deportes y el supermercado Lupa sin que, en principio, se haya producido ningún herido.
 Aguaceros y olas
Las tormentas han marcado la madrugada y a las diez de la mañana ya se habían recogido 23,2 litros por metro cuadrado en Treto y 17,7 en Santander, en la zona del aeropuerto. Las olas han rozado los siete metros de altura en Santoña y el frío ha marcado la situación del sur de la región, con -3,1 grados en Cubillo de Ebro (Valderredible) y -2,3 en Polienes. En Reinosa, -0,1 grados.
Aun así no hay constancia de daños en la costa pues aunque las previsiones son de olas de hasta ocho metros los coeficientes de marea no son altos, en torno a 62, lo que mantiene el oleaje alejado de los paseos marítimos y construcciones a pie de costa.
Esta vez El Sardinero ha escapado a la furia del mar. Aunque las olas han entrado en tierra en la zona del espigón del Hotel Chiqui y en el paseo de la playa, no han provocado daños en el mobiliario urbano ni en los negocios cercanos. La arenilla sobre la acera era la única prueba de que el mar había sobrepasado sus límites habituales. Las olas sí que han hecho daño en la propia playa, donde han vuelto a horadar las reservas de arena y han dejado al descubierto rocas aquí y allá en medio del arenal.
Esta mañana, la Policía Local de Santander mantenía acordonados todos los accesos a la zona marítima de El Sardinero y efectivos apostados en los puntos clave mantenían a los viandantes lejos de las zonas de peligro.
En Castro Urdiales el temporal de viento y fuerte oleaje no ha ocasionado ningún desperfecto ni daño. Según el director de Emergencias Castro, José Manuel Tena, el bajo coeficiente de las mareas ha tenido "mucho que ver". "La alerta roja la hemos superado sin incidencias, así que lo peor ya ha pasado", señaló al tiempo que dijo que la próxima pleamar de las nueve de la noche "no es tan preocupante".
En Laredo también se temía que esta nueva alerta roja acabara por destrozar el Puntal, pero finalmente apenas se ha dañado un poco más la ya deteriorada explanada del aparcamiento. La mar ha socavado un poco más el terreno en esta zona pero, aunque se temía que las olas llegaran a tapar el restaurante Barlovento, finalmente ni siquiera ha tocado la ruinosa estructura gracias al bajo coeficiente de marea.
 Las últimas tempestades fueron el resultado de la conjunción de mareas vivas –como las de la semana pasada, con coeficientes de tres dígitos– y olas gigantes. Desde la Agencia Estatal de Meteorología precisaron ayer que, a pesar de la alerta roja decretada, «no se producirá» semejante conjunción de elementos: «El oleaje es fuerte y habrá que tomar precauciones, pero no parece que vaya a ser como lo del año pasado», sopesaba Salvador Martín, de Aemet.