"Bajó muchísima nieve. Nos llega a pillar y nos mata", aseguró ayer el esquiador avilesino Fernando Prada, de FPM Extreme, después de permanecer durante una hora atrapado por un alud que cortó el tráfico de la carretera de San Isidro, a mitad de la subida del puerto, en el lado allerano. El alud se produjo a las cuatro y media de la tarde, hora del cierre de la estación de esquí, por lo que eran numerosos los esquiadores que estaban bajando el puerto en ese momento.
"Se me había estropeado el limpiaparabrisas y estaba intentando controlar el coche de atrás para pararme cuando se produjo el alud diez coches más adelante. Uno incluso sufrió daños al ser golpeado por la nieve o al chocar contra ella. No ha habido muertes de milagro, porque la masa de nieve que cayó era impresionante. A mí gusta hacer esquí fuera de pista, pero este año es más peligroso coger la carretera de San Isidro, por el riesgo de aludes", añadió Prada.
Por suerte, una máquina fresadora subió del lado de Felechosa en unos veinte minutos, y una media hora después había abierto un carril en medio de la nieve desprendida por el que los vehículos pudieron seguir bajando el puerto, a eso de las cinco y media de la tarde. "El problema es que hay un gran riesgo de que vuelva a producirse un nuevo alud", añadió Prada.
Riesgo de argayo
No fue el único incidente en las carreteras de la región. En torno a las nueve y media de la noche se produjo la caída de un árbol de grandes dimensiones en la nacional 634 entre las localidades de Anzo y Vega de Anzo, en Grado. El incidente motivó que la carretera quedase cortada por espacio de una hora y media, hasta que los operarios de mantenimiento de Carreteras retiraron el árbol de una carretera que, desde la apertura de la autovía de Grado, tiene poca circulación. Los vecinos llevaban avisando desde hace una semana del riesgo de que se produjese un argayo.