La aprobación de esta directiva está avalada por las conclusiones de un estudio sobre su alcance y efectos, realizado por encargo de la Comisión Europea y presentado al Parlamento en 1999. El estudio concluye que el cambio horario tiene impactos positivos no sólo sobre el ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.
En concreto, según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el potencial de ahorro en iluminación en España por el cambio de hora puede llegar a representar un 5 por ciento del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros. De esa cantidad, 90 millones correspondería al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar; mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.
No obstante, Industria subraya que, para alcanzar este potencial de ahorro, se deberá llevar a cabo un comportamiento responsable en el hogar a la hora de prescindir de la iluminación artificial cuando no es necesaria, así como la utilización de tecnologías de ahorro en iluminación por aprovechamiento de la luz natural en los edificios, entre otras recomendaciones.
En la misma línea, IDAE enumera una decena de 10 consejos para ahorrar energía con la calefacción como abrir las ventanas el tiempo necesario para ventilar las habitaciones --cerca de diez minutos--, apagar la calefacción por la noche y no encenderla por la mañana hasta que la casa esté ventilada y se hayan cerrado las ventanas; cerrar los radiadores que no sean necesarios y apagar completamente la calefacción si va a estar fuera de casa más de un día; instalar adhesivos en puertas y ventanas, lo que puede suponer un ahorro de entre un 5% y un 10% de energía.
Además, si es posible, hay que poner dobles ventanas o doble acristalamiento, lo que supone un ahorro de un 20% de energía; instalar válvulas termostáticas en los radiadores o un regulador para la caldera; mantener la temperatura en los 21º C; no abusar de la calefacción; poner la temperatura entre 15º y 17º C para dormir por las noches o instalar aislantes en techos y paredes.