Viento, lluvia pero temperaturas suaves. Es el
balance del temporal que ayer azotó Galicia, con rachas de más de cien
kilómetros por hora en Cabeza de Manzaneda y precipitaciones acumuladas
de más de 60 litros por metro cuadrado en el interior de Lugo y A Coruña
y de hasta 78 litros en Vilariño de Conso. Hoy, según las previsiones
de Meteogalicia, las cosas cambiarán. Aunque la lluvia seguirá siendo
generalizada, con zonas en las que podría caer alguna granizada y
tormentas, las temperaturas caerán de forma moderada, por lo que la cota
de nieve, que durante el día se mantendrá en los 700 metros, bajará
hasta los 500 durante la noche. La sensación de frío será intensa
durante toda la jornada.
De hecho, la alerta naranja en la costa por vientos y
oleaje y la amarilla por nieve en el interior se mantendrá durante todo
el fin de semana. Para hoy se aguardan vientos del noroeste de fuerza
siete y olas de más de cinco metros. En el interior, las previsiones
indican acumulaciones de nieve de más de cinco centímetros en la montaña
de Lugo y Ourense y de dos centímetros en otros puntos del interior. El
domingo continuará la situación complicada por viento y mar de fondo y
por nieve en el interior, aunque la cota irá ascendiendo.
El mal tiempo parece que se instalará en la comunidad
a principios de la próxima semana a tenor de la previsión a medio plazo
que maneja Meteogalicia, que apunta a chubascos y temperaturas bajas.
La cota de nieve tras el fin de semana ascenderá hasta los 1.200 metros.
Rosario de incidencias
El temporal dejó un rosario de incidencias por toda
la comunidad. Mientras que la flota permaneció amarrada a causa de los
fuertes vientos y de olas que rozaron los siete metros, y se
suspendieron, por ejemplo, las visitas a la Torre de Hércules, las
intensas lluvias afectaron especialmente a Guitiriz. El agua se llevó
por delante parte de un puente sobre el río Da, afluente del Parga, en
una carretera municipal que conecta la N-VI (cerca del balneario de
Pardiñas, donde se celebra el famoso festival de música) con los barrios
de Acevedo y Sanguiñedo. El agua dañó la estructura inferior del
puente, y la capa superior acabó por venirse abajo. La situación obliga a
los vecinos a dar un rodeo de unos seis kilómetros para desplazarse a
la capital, ya que no pueden utilizar la carretera.
La lluvia caída también causó problemas en otros
lugares del municipio. A media tarde el agua amenazaba con cubrir una
carretera que conecta el casco urbano guitiricense con las parroquias de
Mariz, O Vilar y As Negradas, y cayó un trozo de muro sobre una vía
muerta cerca de la estación de tren de Parga.
Los problemas de tráfico no solo se produjeron el
Lugo. También hubo que cortar la carretera que une el centro de
interpretación de As Fragas do Eume con Caaveiro, el único acceso que
existe al monasterio, por desprendimientos de tierra y caída de árboles
que bloquearon el paso. El tráfico quedó restablecido a última hora de
la tarde tras los trabajos de la dirección del parque natural, que con
una pala retiró los obstáculos, ubicados a dos kilómetros del recinto
monacal.
En Valdeorras, fue el agua la que obligó a cortar una
carretera. La gran cantidad de agua que arrastraba el río Leira en su
tramo final, antes de morir en el río Sil, invadió la carretera paralela
al cauce en Vilamartín.
Mientras, en la Costa da Morte la zona de Malpica fue
la que sufrió más el viento, con picos de 82 kilómetros por hora, y las
lluvias más intensas se dieron en Zas y Vimianzo, con más de 30 litros
por metro cuadrado.
En Carballo, por su parte, una mujer sufrió heridas
leves tras salirse de la vía con su vehículo debido al agua acumulada en
la calzada y hubo que retirar un árbol que bloqueaba el paso en una vía
secundaria. Además, las intensas lluvias hicieron crecer el río a su
paso por el casco urbano, aunque al cierre de esta edición no se había
desbordado.