El Gobierno reconoce una situación preocupante, aunque los rñios han amanecido con unos niveles de alerta inferiores a los de la noche del viernes.
Cantabria amanece bajo el agua, tras una intensa noche de lluvias y viento y una jornada en la que se desbordaron una larga lista de ríos de la comunidad. “La situación es realmente preocupante”, admitía durante la noche la consejera de Presidencia, letiocia Díaz, tras visitar algunas de las zonas inundadas y reunida con un pequeño gabinete de crisis junto al director de Protección Civil. En las alertas e los ríos predomina el color rojo, es decir que siguen en alerta, una situación ya marcada por la declaración emitida por el Gobierno a las tres de la tarde de ayer: Cantabria estaba en alerta de inundaciones. No obstantes, en Ampuero, uno de los jugares más afectados, siguen en alerta total ya que se esperan intensas lluvias de nuevo a partir de las 13.00 horas. El deva, ha bajado un poco y el paseo fluvial esta libre.
Esos colores rojos en los ríos han rebajado este sábado su nivel de alerta. De hecho la mayoría han pasado de nuevo al color verde y otros como el Asón, el Besaya, el Pas , el Deva o el Escudo están en naranja o amarillo. Es decir, los niveles de agua comienzan a bajar aunque no ha dejado de llover. Aun así la alerta es máxima y durante la noche las salidas han sido continuas. Solo los Bomberos de Santander han hecho hasta las cuatro de la mañana 40 salidas a Santander, la zona de la Cavada y Liérganes y Bezana. La mayoría por garajes inundados, algunos locales y también coches atrapados en torrentes de agua a cuyos conductores han tenido que ayudar a salir.
Las precipitaciones record de ayer, se superaron los cien litros por metro cuadrado en Soba, arrojan durante esta noche 27 litros en Villacarriedo y 22 en Ramales de la Victoria. Si ha vuelto a solplar el viento con intensidad, con rachas máximas en Santander de 96 kilómetros por hora y 79 en San Vicente de la Barquera.
Ampuero, pendientes de las 13.00 horas
Pero no hay que confiarse, pues la alerta se mantiene hasta el medio
día, una alerta que dará paso al frío y la nieve. No en vano, la
Dirección General de Protección Civil y el Servicio de Emergencias 112
del Gobierno de Cantabria emitieron de madrugada un comunicado en el que
piden la colaboración de los habitantes de Ampuero, Marrón y sus
inmediaciones para minimizar los incidentes que pueda provocar las
fuertes lluvias que azota la región.Se espera que el temporal amaine este sábado a lo largo de la tarde, y que la situación en las zonas afectadas se vaya normalizando. Hasta entonces se recomienda a la población que evite, en la medida de lo posible, salir de casa; y que si tiene que hacerlo no utilice vehículos a motor y extreme las precauciones. Según informa Abel Verano, el casco urbano estuvo toda la noche cortado por el nivel de agua acumulado, en Marrron hubo que desalojar a un buen numero de vecinos, pues se quedaron sin luz, pero ahora en la mañana, el nivel del Asón comienza a bajar. Aun así, a partir de la 13.00 se esperan intensas lluvias de nuevo. Las consecuencias, toneladas de barro por todas partes.
Protección Civil insiste en que no hay motivo de preocupación, y en que estas medidas de precaución se solicitan como prevención de posibles incidentes. El Centro de Salud que cubre la zona vuelve a estar operativo tras haberse traladado por unas horas Colegio Público de Ampuero.
Y es que toda Cantabria parece hoy una enorme laguna. De norte a sur y de este a oeste agua por todos lados.
El listado de los ríos desbordados es larga. Ebro, Pas, Asón, Miera, Besaya, Deva, Agüera. Y casi interminable el de municipios afectados Reinosa, Santa maría de Cayón, Ampuero, Reinosa, Riotuerto, Potes, San Vicente de la Barquera, Laredo, Corvera, Puente Viesgo, Solares, Piélagos, Colindres, Ramales, Soba y Villacarriedo. Meteorología advierte de que las lluvias también llegarán hoy y después se dara una tregua para pasará a la alerta naranja por nieve.
Liébana
La lluvia y el desnieve de la noche ha dejado algunos incidentes como el argayo en Liébana.
Piedra, tierra que ha arrastrado a un árbol cuyas ramas también cayeron a la carretera CA-282, que comunica La Hermida con Puentenansa. El argayo se produjo entre la localidad de Caldas y el barrio del Escajal. Varias personas que subían en tres vehículos desde La Hermida, y bajaban desde Linares a dicha localidad, no pudieron continuar su viaje. Varios trabajadores del Balneario han tenido que quedarse a dormir en La Hermida, ante la imposibilidad de subir a su casa. El argayo cruzó la carretera, paró contra la valla de protección y continuó por un prado por debajo de la carretera.
El lugar donde se ha producido el argayo está a continuación de dónde reventó un muro el pasado año. Varias personas a las que se avisó de la presencia del desprendimiento y que iban a pueblos de Peñarrubia, han tenido que acceder desde el valle de Lamasón. Esta noche también un árbol ha caído cerca de la localidad de Linares. Una pala ha trabajado durante toda la noche y ya se puede pasar, aunque con dificultad y solo en todoterreno. Otro argayo en Maredes ha sido limpiado también durante la noche-
Además, el arroyo que cruza desde la zona alta de la localidad de Campollo, en el municipio de Vega de Liébana se desbordó. El agua se desplazó cruzando la carretera, a la entrada del pueblo, descendiendo a la zona baja, formando una cascada, para posteriormente verter las aguas al río Quiviesa. En la jornada de hoy, sábado, está previsto proceder a limpiar la zona, para que los vecinos puedan salir del pueblo, al igual que los vecinos del barrio de Maredes, a dos kilómetros, en la ladera del monte Viorna, que igualmente permanecen incomunicados.