Un año y un día es todo lo que ha durado la
baliza de la punta del dique de Camelle. Ayer por la mañana, la señal
luminosa apareció tronzada por efecto del fuerte oleaje y eso que no
llegó a los seis metros.
El puerto todavía se resiente de los daños que
sufrió el invierno pasado, cuando un tren de tormentas lo azotaron de
diciembre a marzo. La desaparición de la baliza el 4 de enero del 2014
fue el primer hecho significativo y de una temporada que provocó
numerosos destrozos y de la que todavía se resiente la flota de la Costa
da Morte, ya que apenas se pudo salir a faenar y quedaron destrozados
los bancos marisqueros.
La baliza desaparecida hace poco más de un año
fue repuesta en cuanto el mar dio una tregua porque es fundamental para
garantizar la seguridad de las embarcaciones.
Sin embargo, sigue pendiente el refuerzo del
dique, que quedó muy debilitado por los anteriores temporales. Los
marineros consideran que esa podría ser una de las causas de que haya
resultado dañada la baliza. La primera fase de las obras se dio por
terminada a mediados de diciembre y consistió en la fabricación de los
bloques que deberán sustituir a los que desaparecieron durante el
invierno pasado. No hay fecha para su reposición, ya que dependerá del
tiempo.
Las piezas de 80 toneladas de peso se colocarán
en el morro y deberían ser los encargados de impedir que el mar pase por
encima del dique, lo que ya ha ocurrido varias veces en lo que va de
año. Los medianos, de 55 toneladas, servirán para reforzar la segunda
alineación y en la parte interior irán los más pequeños. El proyecto,
valorado en 260.000 euros, incluye la reposición de las barandillas. El
acceso a este dique está prohibido siempre, sobre todo en invierno.