- Hay desbordamientos en Ampuero, Caranceja, La Penilla, Potes y Reinosa y en el Alto Miera ya se han recogido 87 litros por metro cuadrado
- Hasta ahora no se han producido daños personales aunque sigue lloviendo y el nivel de los ríos aumenta
Ya hay cuatro cuencas inundadas. Se ha desbordado el Pas a la altura de la Penilla y Sarón; el Asón ha superado el nivel de su cuenca y ha inundado la plaza de toros de Ampuero, el campo de fútbol y se ha desalojado el polígono de la localidad.
A las tres de la tarde ya se habían recogido en Alto de Mira 85 litros por metros cuadrado, 81 en Villacarriedo y 72 en Ramales de la Victoria. Están en alerta roja el Pas en Carandía y Puente Viesgo, El Asón y el Besaya en el Puente de Torres y en Caranceja el río está totalmente desbordado.
El nivel del río Miera se ha situado cuatro metros por encima de su caudal habitual en La Cavada y los arrastres de tierra han producido algunos argayos. Los afluentes del Miera en esta zona también se han desbordado.
El Deva también se ha desbordado a su paso por Potes y el Ebro inunda algunos puntos de Reinosa. El Pas se ha salido de su cauce a su paso por La Penilla y Sarón y ha obligado a los bomberos a intervenir en Soto Iruz, donde se ha desbordado.
Los servicios de Emergencias de Castro han tenido que cortar al tráfico la carretera nacional a la altura de Vista Alegre debido a las inundaciones. Además, se ha abierto un socavón en la calle Arturo Dúo, en la subida a la iglesia de Santa María. Se trata de un agujero de unos dos metros de diámetro que ha obligado a señalizar la zona con unas vallas, según ha informado el director del parque de bomberos, José Manuel Tena.
Las fuertes lluvias que están cayendo en la comarca lebaniega han aumentado de forma considerable el caudal de los principales ríos, lo que, unido al deshielo, ha producido el desbordamiento del río Deva a su paso por la villa de Potes. La mayor parte del paseo fluvial está inundado y no cesa de llover. Debajo de la Torre del Infantado, donde se unen los ríos Deva y Quiviesa, es donde se nota la mayor fuerza del río Deva, ya que el río Quiviesa baja crecido, pero en menor medida. Se espera que según avance el día aumente el caudal en ambos ríos
Este mismo río también se ha desbordado a su paso por el municipio de Val de San Vicente, en los últimos kilómetros de su cauce antes de desembocar al mar.
Las lluvias también han provocado algunos argayos en las carreteras, como en la CA-135 en La Hayuela (Udías) y en la N-621, en Dobarganes, donde una piedra de grandes dimensiones atraviesa la calzada
Durante la noche han sido el viento y el mar los protagonistas, con olas por encima de los nueve metros frente a la costa de la Virgen del Mar y en torno a los seis en la costa de Santoña. Los datos de Aemet recogen rachas de viento de 91 kilómetros hora en Santander, de 87 en Villacarriedo y de 85 en el Alto del Miera. A primera hora de la tarde, San Vicente de la Barquera ha visto como se inundaban varios arenales, así como la carretera de acceso a la villa y varios garajes.
En torno a las 14.15 horas se informaba de una balsa de agua en la carretera de la playa de Dícido y la caída de un cable de alumbrado público y telefonía también en esta Junta Vecinal.
Numersosas incidencias
Por otro lado, a las 11.00 horas de la mañana se ha restablecido el
tráfico ferroviario entre San Pedro de Rudagüera y Casar de Periedo, que
permanecía cortada desde las 6.00 por la caída de árboles a la vía.
Este incidente ha obligado a transbordar a los viajeros de 14 trenes de
media distancia de la línea de FEVE que une Santander con Cabezón de la
Sal y a dos de la línea con Oviedo.Además, el intenso viento de la noche ha dejado algunas incidencias en las carreteras. El Centro de Gestión de Emergencias 112 ha coordinado durante la noche un total de 66 intervenciones, derivadas de las 131 llamadas recibidas en relación con el temporal de viento que azota la región. La mayoría se han producido en municipios del litoral, como Camargo, Castro Urdiales, El Astillero, Santoña o Santander, donde el Servicio de Bomberos ha atendido también durante la noche, y hasta las 9.00 horas de este viernes, un total de diez incidencias, en su mayoría de carácter leve. El cuerpo permanece en alerta y no bajará la guardia hasta que pase el temporal.
Un montante importante de las incidencias se corresponden con caídas de árboles en diferentes carreteras de la comunidad. Se ha registrado un incidente de este tipo en la N-445; otro ha provocado un corte de carril en Entrambasaguas; los mismos efectos han tenido un árbol caído en Voto, y otro en la CA-250 a la altura de Otañes; y más sucesos de este tipo han sido registrados en Escobedo, en la N-634 a la altura de La Penilla, y en la misma vía en el kilómetro 254, en Valdáliga. Han sido también numerosas las ramas caídas en varias carreteras de la región.
El temporal ha provocado, asimismo, un corte de suministro eléctrico en Agüero, Marina de Cudeyo.
También han sido cuantiosos los daños en infraestructuras y mobiliario urbano, aunque todos ellos de poca relevancia. Entre estos destacan el riesgo de desprendimiento de las chapas metálicas de la cubierta de una nave industrial de Santoña, en la que han actuado bomberos del 112, pertenecientes al parque de Laredo; el riesgo de caída de las piezas metálicas de la parte superior de una torre de alta tensión; y daños en rótulos comerciales, carteles publicitarios e infraestructuras urbanas (farolas, canalones, contenedores…).
Los primeros efectos del jueves
El temporal comenzó a sentirse en la tarde del jueves. La borrasca 'Mischka'
llegó a Cantabria con calma chicha por la mañana, pero dejando ver toda
su virulencia conforme avanzaba el día, para provocar muchos problemas a
última hora. Rachas de viento de más de 100 kilómetros por hora tanto
en Santander como en el aeropuerto de Parayas y olas de más de diez
metros (la boya de la Virgen del Mar registró una de 10,33) sirvieron
para cuantificar su intensidad. Como para dar un aviso a sus vigilantes,
el viento desencajó a primera hora de la tarde la verja de entrada a la
sede de la Asociación de Meteorología en Cantabria y hacia las ocho de
la tarde, ya se registraban vientos de entre 65 y 80 kilómetros por
hora.Un árbol caído en Bareyo que cortó la carretera entre Ajo y Güemes y un tejado que salió volando en una nave de Bárcena de Cicero fueron dos de las incidencias más destacadas. La estructura metálica de unos 30 metros de largo por seis de alto en su vertical y otros seis en su alero fue arrancada por el viento provocando una situación de riesgo ante la posibilidad de que el viento siguiera arrastrándola.
También un desprendimiento interrumpió el tráfico en el kilómetro 21 de la autonómica entre Espinama y Fuente Dé.
La previsión
Cantabria continúa inmersa en el temporal este viernes, 30 de enero,
jornada en la que Aemet mantiene activadas en la Comunidad Autónoma la
alerta naranja -riesgo importante- por olas y viento y la amarilla
-riesgo- por lluvia.La alerta por fenómenos costeros estará activa toda la jornada hasta las 00.00 horas del sábado por olas que pueden alcanzar los siete metros, ya que se prevé mar combinada del noroeste con intervalos de fuerza 8.
Mientras que el aviso por vientos, de hasta 110 kilómetros por hora, sólo afectará al litoral cántabro y se prevé que las rachas más fuertes se registren hasta las 9.00 horas de este viernes, cuando la alerta descenderá a amarilla por previsión de rachas de hasta 95 kilómetros por hora hasta las 00.00 horas del sábado pero que también afectará al centro regional, el Valle de Villaverde y Liébana.
La alerta por lluvias se extenderá por buena parte de la Comunidad Autónoma, ya que estará activada en el litoral, el centro regional y el Valle de Villaverde, donde se prevé que se acumulen 15 litros por metro cuadrado en un hora hasta las 12.00 horas y después, hasta las 00.00 horas del sábado, 40 litros por metro cuadrado cada 12 horas.