La región registra olas de 7,5 metros y
vientos de 123 kilómetros por hora La preocupación hoy es la nieve, con
una cota que bajará a 500 metros.
El agua fue la protagonista ayer de la primera jornada de ciclogénesis
en Asturias. La lluvia, el oleaje, las inundaciones, el viento y diez
ríos repartidos por toda la región en nivel de alerta ante el riesgo de
desbordamiento provocaron estampas propias de la cara más dura del
invierno.
Desde el mediodía, el Principado activó en fase de
preemergencia el plan de inundaciones del Principado de Asturias por la
acumulación de agua provocada por las fuertes lluvias, que alcanzaron
los 54,4 litros por metro cuadrado. Además las previsiones apuntan a una
situación todavía más complicada con el paso de las horas. En el
oriente de la región el agua anegó ayer varias sendas y prados en la
zona de Panes y Vilde. En el Occidente y en la comarca de Avilés las
olas obligaron a los barcos de pesca a permanecer amarrados en sus
puertos, registrándose la ola más alta de la jornada de madrugada, en el
Cabo Peñas, con una altura de 7,5 metros. También en el oeste de la
región se registraron fuertes rachas de viento que alcanzaron hasta los
123 km/h en Cabo Busto. Las temperaturas fueron bastante cálidas, con
máximas de 14,7 grados en Pola de Lena. Los vuelos también se vieron
afectados en Asturias, provocando retrasos de más de una hora en los
enlaces con Barcelona y Londres.
Riesgo de aludes. La principal preocupación
en la jornada de hoy es la nieve, con una cota que bajará hasta los 500
metros. Esta madrugada ya empezaron a caer los primeros copos y se
espera que las precipitaciones de nieve sigan siendo constantes durante
todo el fin de semana. Por eso, desde esta noche, un equipo de 14
quitanieves de Aucalsa trabajan para evitar cualquier complicación en la
autopista del Huerna. La Agencia Estatal de Meteorología emitió ayer un
aviso para advertir del riesgo de aludes en los Picos de Europa durante
este fin de semana. Por eso, el Servicio de Emergencias del Principado
de Asturias (SEPA) explica que es especialmente peligroso realizar
recorridos a pie por la alta montaña, así como la práctica de deportes
invernales, como el esquí de travesía o la escalada en hielo.
En el centro. En Gijón, se registraron un movimiento de tierra en
Veriña, varias intervenciones de Bomberos por situaciones poco
complicadas, y fuerte oleaje, que obligó a la Policía a precintar partes
del Muro. En Avilés, el viento provocó varios desplazamientos de
contenedores, el cierre del parque de La Ferrera y del puerto,
habilitado sólo para emergencias.
En Oviedo, el área de
Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento activó a última hora de ayer el
nivel 1 de alerta por inundaciones en Trubia, después de que el río
Nalón subiese dos metros durante la tarde. Al cierre de esta edición,
efectivos de Bomberos y de la Policía Local trataban de impedir con
barreras de contención que el Nalón se desbordase en el inicio de la
carretera que une esta localidad con Avilés.
En el Occidente. El fuerte oleaje obligó a
los ayuntamientos de Cudillero y Valdés a tomar medidas de precaución.
En la capital pixueta, la Policía Local advertía con un bando del riesgo
de daños en caso de estacionar los vehículos en el aparcamiento de
entrada a la villa. En el concejo vecino, según informa Ana Serrano, se reforzaron las plantillas de trabajadores de guardia durante todo el día.
En Navia, los operarios del Ayuntamiento se afanaron durante la mañana
en levantar un muro de arena en la zona de la playa, para controlar el
empuje de las olas en pleamar. En Puerto de Vega, los barcos de pesca
permanecieron amarrados durante toda la jornada, y los pescadores
locales, con un ojo puesto en el dique de protección del puerto, el
único de la comarca que aún conserva sin reparar los daños sufridos en
los temporales del pasado año. Al igual que en Tapia de Casariego, donde
los vecinos están preocupados por las malas previsiones para el fin de
semana.
En el Oriente. En Llanes la fuerza de la
mar hizo que durante toda la jornada las olas saltasen por encima del
dique norte del puerto, rompiendo en el muelle pesquero, donde la flota
permaneció amarrada. En Peñamellera Baja, la senda fluvial del arboretum
de Panes se inundó como consecuencia del desbordamiento del río Deva.
Hubo también problemas por este motivo en la carretera entre Siejo y
Narganes. En El Mazo la crecida del río provocó inundaciones en varias
fincas desde primera hora de la tarde que no llegaron a afectar a
ninguna vivienda. En Vilde (Ribadedeva),el desbordamiento del Deva generó dificultades toda la tarde.
Los vecinos de Cangas de Onís miraron con
preocupación al río Sella a su paso por la ciudad. El indicador situado a
pocos metros del "puente romano" superaba por la mañana los 4,70
metros, cuando lo normal es que tenga poco más de uno. En Arriondas, el
caudal también creció de manera preocupante, informa Cristina Corte.
En Ribadesella, el caudal del Sella discurría casi desbordado por la
zona de La Mediana y El Alisal, una vega ya anegada en parte por las
intensas lluvias. La pleamar de madrugada obligó al cierre de la calle
del muelle por posibles inundaciones.