Las autoridades sanitarias de Guinea informaban este jueves de que son ya 84 las víctimas mortales por el brote de Ébola en el país del total de 134 de casos confirmados que ha habido hasta la fecha. Para
contener la propagación de la enfermedad, el Gobierno guineano ha
prohibido el traslado de fallecidos, independientemente de la causa de
la muerte, y ordenado que sean enterrados en el lugar donde se produzca
la defunción.
Según los datos aportados este martes por el
director de la división de prevención y lucha contra la enfermedad del
Ministerio de Salud, Sakoba Keita, la tasa de mortalidad de la
enfermedad es del 63 por ciento de los casos, informa el portal guineano
'Guinee News'. De los 134 casos de personas con fiebre hemorrágica, se
ha confirmado que 35 tenían Ébola: once en la capital, Conakry, 17 en
Gueckédou, y siete en Macenta. Precisamente, fue en estas dos últimas
regiones del sur del país donde aparecieron los primeros casos de la
enfermedad.
Este martes, la Organización Mundial de la Salud
(OMS) había confirmado 83 víctimas mortales y 35 casos confirmados de
Ébola. Según la agencia de la ONU, en Conakry ha habido doce casos, de
los que once han sido de la virulenta enfermedad, y cuatro muertes.
Según ha precisado la OMS, catorce trabajadores sanitarios y de atención
han contraído Ébola, tal como han confirmado los análisis a los que han
sido sometidos, de los que ocho han fallecido.
Prohibido trasladar cuerpos
Así las cosas, el
Gobierno guineano ha prohibido el traslado de cualquier fallecido que
se produzca en el país en el marco de sus esfuerzos para contener la
propagación de la enfermedad por el país. Según ha explicado el ministro
de Salud, Rémy Lama, está prohibido trasladar a los difuntos de una
ciudad a otra para su entierro. "Sea cual sea la causa de la muerte", ha
recalcado, instando a las autoridades locales a que trabajen para el
cumplimiento estricto de esta orden.
ACH trabaja para paliar la situación
Tras la
confirmación de casos en Conakry, la ciudad más poblada del país, Acción
contra el Hambre (ACH) ha movilizado a sus equipos en la capital, que
están ultimando los detalles para reforzar la prevención de nuevos
contagios, según ha informado la ONG en un comunicado. "El Ébola es una
enfermedad que no tiene tratamiento y con índices de mortalidad que
pueden alcanzar el 90 por ciento, por lo que, para evitar una tragedia
mayor, es imprescindible no solo aislar a los contagiados y personas que
han estado en contacto", ha explicado Elisa Giménez, la técnica de agua
y saneamiento de Acción contra el Hambre, que está coordinando la
operación de emergencia.
Asimismo, hay que "prevenir nuevos
contagios e informar a la población para que reconozcan la enfermedad a
tiempo y conozcan bien las vías de trasmisión de la misma para poder
reducir el riesgo y protegerse de contagio", ha añadido. "Nos preocupa
especialmente el personal sanitario, muy expuesto y que en algunos casos
no está tomando suficientes medidas de seguridad para evitar el
contagio, como el uso de guantes, gafas protectoras, batas", ha señalado
Giménez.
ACH también considera prioritarios otros colectivos
profesionales, como chóferes, ya que su movimiento podría facilitar la
expansión de la epidemia a otras zonas del país, al igual que las
ceremonias fúnebres y los lugares con gran afluencia de personas. "De lo
que se trata es de minimizar todas las formas de contagio posibles vía
secreción de líquidos, entre ellas la sangre, la saliva, secreciones
vaginales, el semen", ha subrayado Giménez. "También hay que identificar
adecuadamente los síntomas (cefaleas, irritación de garganta, diarreas,
fiebre) y desterrar falsos mitos que ya están en circulación como que
es una enfermedad traída por los expatriados", ha precisado.