España ha ofrecido a Filipinas el envío
inmediato de un equipo de 35 médicos para atender a los miles de heridos
que ha dejado el paso del tifón Yolanda por la zona de Bisayas (centro
del país), han anunciado este miércoles fuentes diplomáticas.
El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, ha llamado hoy al presidente
de Filipinas, Benigno Aquino, para ofrecerle ayuda adicional a los dos
aviones con agua potable y material de cobijo movilizados por la
cooperación española que llegarán en los próximos días a la zona
afectada.
Mañana tiene previsto su llegada a Cebú el primer avión enviado
por la cooperación española con material para potabilizar agua, tiendas
de campaña y lonas impermeables, mientras que el jueves saldrá desde la
base aérea de Torrejón de Ardoz un segundo avión con más material para
potabilizar agua.
Expertos españoles en ayuda humanitaria llegarán también en las
próximas horas a Tacloban para analizar sobre el terreno qué necesidades
se requieren, mientras desde España ya se está coordinando el eventual
despliegue de un contingente de 35 médicos acreditados para actuar en
este tipo de emergencias.
Se trata, precisan fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores y
de Cooperacion, de médicos de los servicios de emergencias del
Ayuntamiento y Comunidad de Madrid (Samur y Summa), Andalucía, País
Vasco y Navarra.
El contingente, que volaría equipado con 2 hospitales ligeros,
medicamentos y material sanitario, está preparado para salir mañana
mismo, pero lo hará cuando las autoridades filipinas lo estimen más
oportuno.
Se quiere evitar así situaciones producidas en el pasado en otras
catástrofes, con aeropuertos desbordados por la llegada desordenada de
aviones con ayuda humanitaria que, "lejos de ayudar puede llegar a ser
muy contraproducente", avisa un alto cargo del departamento.
Por eso el Gobierno español quiere actuar con planificación y
enviar la ayuda cuando haya garantías de que va a poder llegar a su
destino. En provincias como Leyte y Samar está habiendo serios problemas
de distribución de la ayuda, entre otras cosas por la falta de
combustible para permitir que vuelen los helicópteros con la carga.