El incendio que afecta desde el pasado jueves a
montes de la parroquia de Rao, en Navia de Suarna, seguía activo, aunque
estabilizado, a última hora de ayer en una zona escarpada de muy
difícil acceso. Los medios aéreos desplegados, que eran los únicos que
podían operar en este frente, no pudieron incorporarse hasta pasadas las
dos de la tarde como consecuencia de la espesa niebla, que, unida al
humo, impedían la visibilidad.
Técnicos de la brigada de investigación de
incendios de la Xunta y miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad
tienen en marcha sendas investigaciones sobre este incendio que afecta a
la reserva de la biosfera de Os Ancares y que empezó en dos focos
distintos. Fuentes consultadas, que no tienen dudas acerca de la
intencionalidad del fuego, señalaron que sus autores sabían
perfectamente por dónde se movían y cómo podían causar el mayor daño
posible.
La gran cantidad de agua que emplearon en el
incendio, que afectó a la parroquia más grande de Galicia, con 6.000
hectáreas de superficie, hizo que fuera necesario que tuvieran que
buscar refuerzos en puntos más distantes para abastecerse. Solamente los
dos helicópteros Kamov, con depósitos con una capacidad de 5.000
litros, efectuaron más de 200 descargas cada uno, es decir unos dos
millones de litros. En la zona operaron otros tres helicópteros, 7
aviones, 18 motobombas y tres palas, además de 56 brigadas, 17 agentes y
dos técnicos.
La Xunta, a la espera de datos definitivos,
calcula que a media tarde de ayer habían ardido 268 hectáreas de
terreno, de monte raso y arbolado. Otras fuentes, sin embargo, estiman
que la superficie afectada por el fuego fue muy superior a la reconocida
por la Xunta. El fuego consumió especies autóctonas y bosques de pinos,
algunos de ellos listos para vender. Hubo algunas casas en peligro en
la jornada del viernes, entre ellas las de una aldea con prácticamente
todas sus viviendas abandonadas, salvo una alquilada a una pareja.
El alcalde de Navia, José Fernández, que estuvo
en todo momento pendiente de la evolución del incendio, estaba anoche
relativamente tranquilo después de dos días en vela. Según dijo, el
frente del fuego estaba reducido a una zona concreta y con posibilidades
de controlarlo en caso de que no cambiara el viento, algo que no estaba
previsto que ocurriera.