La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) ha
aclarado que las fugas de agua radiactiva de la central nuclear de
Fukushima-1 "no están bajo control", en contra de lo que el primer
ministro japonés, Shinzo Abe, sostuvo durante su intervención ante el
Comité Olímpico Internacional (COI) en la presentación de Tokio como
ciudad candidata para 2020.
Así lo ha reconocido el dirigente de TEPCO Kazuhiko Yamashita
durante la sesión informativa celebrada este viernes en la ciudad de
Koriyama, ubicada en la prefectura de Fukushima-1 y organizada por
legisladores del opositor Partido Democrático de Japón (PDJ).
Interrogado al respecto, el jefe de Gabinete, Yoshihide Suga, ha
defendido que las declaraciones de Yamashita no contradicen a las de
Abe, explicando que las del dirigente de TEPCO se refieren a una
situación concreta y las del primer ministro a la situación general de
Fukushima-1.
Además, el portavoz gubernamental ha subrayado que Yamashita ha
hecho estas declaraciones después de ser presionado por la prensa y por
los legisladores opositores para que contestara en ese sentido, según ha
informado la televisión pública NHK.
La semana pasada, Abe defendió ante el COI, reunido en Buenos
Aires para decidir qué ciudad que albergará los Juegos Olímpicos de
verano de 2020, que la crisis en la central nuclear estaba controlada,
por lo que no supondría ningún riesgo para los asistentes al evento
deportivo.
El COI finalmente se decantó por Tokio, que competía con las
ciudades de Estambul y Madrid, que cayó en la primera ronda de
eliminatorias en su tercer intento por convertirse en sede olímpica.
FUGAS RADIACTIVAS
El pasado 8 de agosto, el Ministerio de Economía, Comercio e
Industria de Japón reveló que diariamente se vierten al subsuelo 1.000
toneladas de agua desde la central nuclear, de las cuales unas 300
contienen sustancias altamente radiactivas que llegan al Pacífico.
TEPCO, por su parte, reveló que no detectó antes las fugas de agua
radiactiva porque los tanques no tienen contadores y el único medio de
control eran patrullas rutinarias, por lo que hasta que no se han
formado charcos superficiales no han saltado las alarmas.
Abe ha anunciado que el próximo mes de octubre pondrá en marcha un
plan valorado en 21.000 millones de yenes (160 millones de euros), que
saldrán de los fondos reservados, que recupera la vieja idea de congelar
el suelo alrededor de los cuatro reactores dañados de Fukushima-1.
Las pruebas de viabilidad comenzarán en el reactor cuatro, en cuyo
subsuelo se construirá un entramado de tuberías a las que se inyectará
cloruro de calcio a menos 40 grados celsius para congelarlas, encerrando
una superficie subterránea de diez metros cuadrados.
Se espera que el "muro helado" esté operativo hacia el próximo mes
de marzo. Si funciona, los operarios de TEPCO construirán otros
alrededor de los reactores uno, dos y tres de Fukushima-1. El proyecto
estaría completado hacia 2015.
ADVERTENCIAS
En este contexto, la Autoridad Reguladora de la Energía Nuclear
(NRA) de Japón ha decidido elevar del uno --que indica una "anomalía"--
al tres --que indica un "grave incidente"-- el nivel de alerta por las
fugas de agua radiactiva desde Fukushima-1.
La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), por su
parte, ha expresado su preocupación por las fugas de agua radiactiva
desde Fukushima-1 y ha ofrecido al Gobierno de Japón su ayuda para
resolver este problema.
ACCIDENTE NUCLEAR
Los problemas en Fukushima-1 se deben al terremoto y el tsunami
que el 11 de marzo de 2011 arrasaron la costa de la prefectura japonesa,
dando lugar al peor accidente nuclear de la historia, junto al de la
central de Chernóbil, en Ucrania.
Fukushima-1 estaba preparada para un terremoto, ya que Japón se
asienta sobre una falla, pero no para un tsunami, por lo que el azote
del mar provocó varias explosiones de hidrógeno que hicieron que los
núcleos de algunos de sus reactores se fundieran parcialmente.